Iglesia y sexualidad: En los últimos años la sexualidad en los jóvenes ha sido un tema ampliamente abordado por las ciencias sociales y de la salud (García, Menéndez, Fernández y Cuesta, 2012; López, Carcedo, Fernández, Blázquez y Kilani, 2011).
En la literatura se ha definido a la sexualidad como un concepto transhistórico cargado de representaciones simbólicas que dependen de aspectos biológicos, económicos, culturales y espirituales. Especialistas en el tema han destacado la importancia que tiene esta dimensión en la forma que tienen las personas de pensar, sentir e interactuar con los demás (Figari, 2010; Foucault, 1996; Weeks, 1986).
Testimonio.
Para todos la sexualidad implica comprender el afecto y la expresión corporal que tiene una persona con otra o consigo misma. Ciudadanos consideraron a la sexualidad como todo aquello que genera placer o una orientación del ser humano cuando logra identificarse: “Para mí la sexualidad es algo corporal y mental. La sexualidad puede ser como las sensaciones y los pensamientos que se despiertan en mí, con otro ser o conmigo misma, cuando me genero placer. Para mí la sexualidad va muy vinculada a generar placer, pero también creo que está relacionado con los órganos sexuales de mi cuerpo y con mi mente, ya sea en el momento del coito, de la atracción o de algo más corporal”, “Daniela” (nombre protegido) de 21 años de edad, ya había iniciado su vida sexual.
Creencias.
Las creencias de la Iglesia Católica sobre sexualidad y las prácticas que promueve; castidad; virginidad, abstinencia y celibato no son inocuas, sino “tremendamente negativas y destructoras del mejor funcionamiento de las personas”, explicó el psicólogo Claudio Ibáñez en la columna de opinión de la Fundación del Centro de Investigación Periodística (Ciper).
La idea de que esas prácticas son virtuosas, dice: “es un adoctrinamiento que genera inmadurez socio-emocional, depravación sexual y, de seguro, una lucha culposa entre la realidad sexual humana normal y el “deber ser sexual” inalcanzable, mítico y fantasioso”. Y agrega: “La incapacidad de la Iglesia para manejar el comportamiento sexual de sus consagrados se mantendrá mientras no cambie los supuestos falaces sobre sexualidad que su doctrina contiene, e incorpore una visión positiva de la sexualidad humana basada en el mejor estado actual de un pleno conocimiento psicológico”.
Iglesia.
En el Catecismo de la Iglesia Católica (CCE), que es su compendio doctrinal, están sintetizadas sus creencias acerca de la sexualidad (CCE 2332-2351). Según esta, la castidad (abstención del goce sexual) es una virtud y todos los bautizados, en cualquier situación distinta al matrimonio (solteros, novios, separados, viudos, homosexuales, etc.), deben abstenerse de practicar la sexualidad. Las relaciones sexuales están permitidas solo entre casados y nada más que con fines reproductivos y de unión.
El personal consagrado (sacerdotes, religiosos y religiosas) debe practicar la abstinencia sexual de por vida. Argumentan que la castidad integra la sexualidad en la persona, desarrolla el dominio de sí mismo e imita la pureza de Cristo y, además, en el caso de los consagrados, el celibato (que es el estado de soltería) facilita de manera eminente la dedicación exclusiva a Dios (CCE 2337-2349).
Abstinencia.
La abstinencia incrementa la fuerza del impulso sexual. Pero, ¿es posible la abstinencia sexual sostenida en el tiempo? En 1948 Alfred Kinsey informó los resultados de un pionero y, en su momento, controvertido estudio y sacó a la luz extendidas prácticas sexuales que se pensaba no ocurrían entre las personas, ni menos en la magnitud encontrada: masturbación, relaciones homosexuales y bisexualismo, y en los 2 sexos
“Necesitan ser ORIENTADOS”
Benjamín Martínez señaló que, en la actualidad, mucho se observa que los adolescentes que se embarazan son aquellos que nacen con el privilegio de que los padres tengan una posición económica estable, contraria a la situación de aquellos jóvenes que trabajan o que saben lo que significa el sufrimiento de una economía inestable o situaciones de pobreza extrema. Por su parte, envió un sentido mensaje para los adolescentes: “sean más responsables, acudan a los padres, saben que existen muchos métodos anticonceptivos”.
Actualidad.
Por otra parte, María Tenelema, madre de familia, sostuvo “los embarazos adolescentes ocurren porque no escuchan los consejos de los papás, se van a la calle con amigos que no son buenos, y que deben aprender a escoger sus amistades, que sean de casa”. En la actualidad, el pensamiento de los adolescentes sería banal, puesto que muchos de los padres hacen esfuerzos para cubrir sus necesidades. “Ellos no saben a veces cómo los papás tenemos que hacer para dar a los hijos, nos privamos de muchas cosas para darles todo”.
De esta manera, por la edad, éstos no serían conscientes y tienden a pensar que la vida es fácil; hoy en día los adolescentes no se hacen ni amigos y tampoco novios, “es lamentable que usen los vocablos de ‘amigos con derechos’ u otras terminologías que realmente preocupan” y en consecuencia llega el embarazo; hay casos en los que los jóvenes lo enfrentan, y se hacen responsables, en otros no sucede así debido a que dejan a los infantes con los papás, “los abuelitos son quienes se responsabilizan, tengan o no tengan, y ellos continúan haciendo mal las cosas”, por ende más embarazos y pobreza, porque en muchos de los casos los abuelitos, por su edad, ya no tienen con qué sustentar al nuevo ser.
Consecuencias.
En este sentido, Tenelema dijo: “son menores de edad, criaturas que ni ellos mismo pueden desenvolverse, peor mantener a un bebé y, en consecuencia, se da la mendicidad, delincuencia, prostitución, pobreza…”. Añadió: “tiene que haber más confianza de padres a hijos, a veces desde nosotros no generamos esa confianza y ellos tienen recelo de conversar sobre la sexualidad”.
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