El acoso y abuso sexual en contra de las mujeres de cualquier edad y en cualquier lugar es una realidad. De acuerdo con la tendencia internacional, el porcentaje de mujeres en estudios superiores aumenta, no obstante, subsisten los problemas de acoso y violencia, por lo que en la actualidad se lucha contra esta problemática al ser responsabilidad de todos y todas las personas.
Situación. Y esa es la razón para que la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), ONU Mujeres, la Secretaría Técnica del Consejo Nacional para la Igualdad de Género y la Fiscalía General del Estado presentaron el Protocolo de prevención y atención en casos de conflicto, violencia, acoso y discriminación basada en género y orientación sexual en los institutos superiores de la provincia de Chimborazo y de todo el Ecuador.
Esta iniciativa brinda líneas de acción para hacer de las instituciones de educación superior espacios seguros y listos para actuar, prevenir y sancionar todo acto de violencia. Los institutos podrán acogerse a los lineamientos del protocolo o tomarlos como referencia para enriquecer sus políticas internas.
Realidad. En este proyecto se destaca el rol de la academia para cambiar el Ecuador, por lo que es su deber impulsar este protocolo en los institutos superiores, ya que solo con políticas no se normaliza ningún acto de injusticia y desigualdad. La violencia representa una barrera para que las mujeres se desenvuelvan en su vida profesional y personal, por lo que generar estas políticas es una responsabilidad ineludible.
La lucha contra mal endémico
Con estas acciones la comunidad académica aporta activamente en la construcción de la igualdad y el respeto a los derechos humanos, formando profesionales empoderados a nivel intelectual, académico, científico, humanístico, y con ganas de impulsar una sociedad justa y equitativa. Si bien es un primer paso, es im- portante que a través de la educación se siga luchando contra la discriminación y desigualdad.