Faltan menos de dos meses para que se cumpla un año de la tragedia que sufrió el cantón Alausí, y que causó conmoción a nivel nacional e internacional; un devastador deslizamiento de tierra que terminó con la vida de 65 personas, destruyó totalmente 57 casas, y afectó a más de 167 viviendas.
En total, cientos de damnificados que lo perdieron todo. El pueblo todavía no se repone de este suceso, que les cambió la vida para siempre.
La tragedia ocurrió en lo que sería el último año de gobierno de Guillermo Lasso, el presidente de ingrata recordación para Chimborazo, pues, junto a su ministro de Obras Públicas y del Prefecto, hace 121 días exactamente, se burlado de los chimboracenses al ofrecer poner en circulación el tren andino, lo que nunca cumplieron.
Y parecería que los gobiernos copian los defectos de sus antecesores, porque el nuevo gobierno de Daniel Noboa, manda otra vez a su ministro de Obras Públicas, y dos más, a auscultar, monitorear, mapear o como quieran llamarlo, la zona de la tragedia, cuando ya existen los informes de lo que pasó. Entonces, la visita debe ser a entregar las soluciones, no ha seguirle viendo la cara a la gente.