Editorial Permanezcamos vigilantes: En medio de la aparente calma que sigue a momentos de conflicto armado interno, es crucial recordar que la paz es frágil y debemos permanecer alerta.
En Ecuador, la historia nos enseña que la estabilidad puede ser efímera, y los ciudadanos no podemos bajar la guardia en ningún momento. Aunque la situación parezca calmada, el peligro persiste en las sombras. La complacencia puede ser nuestro peor enemigo.
Los conflictos internos dejan heridas profundas que tardan en cicatrizar, y la reconciliación es un proceso continuo. La construcción de una sociedad verdaderamente pacífica requiere esfuerzo constante. La historia latinoamericana nos ha mostrado que la estabilidad política es un logro precario.
Por ello, no podemos permitirnos caer en la trampa de la indiferencia. La participación activa y la vigilancia ciudadana son elementos esenciales para preservar la paz. Miremos hacia adelante con cautela y compromiso. No olvidemos las lecciones del pasado.
Aunque el conflicto armado interno pueda parecer distante, su sombra persiste. Mantengámonos unidos en la defensa de nuestros valores y derechos, recordando que la paz es un logro colectivo que requiere la colaboración continua de todos.
En este momento crucial, la ciudadanía ecuatoriana no puede bajar la guardia; nuestra vigilancia es la mejor garantía de un futuro en paz