Editorial mantener la cautela: A pocos días de la celebración de las festividades del carnaval, una de las más importantes en nuestro calendario, existen voces disonantes que se pronuncian sobre el tema. Unos, como el Prefecto, aseguran que la celebración va porque va, incluso se está promocionando ya el nombre de un artista internacional; otros, como el Gobernador, son más cautos y nos recuerdan que estamos en estado de conflicto armado por 60 días decretados por el gobierno.
Es crucial recordar que la celebración del carnaval no implica necesariamente ignorar la realidad. Se puede adoptar un enfoque equilibrado, respetando la gravedad de la situación y, al mismo tiempo, permitiendo que las personas encuentren momentos de alivio y distracción.
La planificación de eventos debería considerar la seguridad y la sensibilidad hacia las circunstancias. Tal vez, en lugar de desfiles por las calles, podríamos optar por actividades más pequeñas, que fomenten la cohesión comunitaria.
En definitiva, la decisión de celebrar el carnaval en tiempos de conflicto armado, requiere reflexión y empatía; mantener la cautela no significa renunciar a la alegría, sino encontrar formas de celebrar, que respeten la realidad que enfrentamos, y promuevan la unidad en medio de la adversidad. Que prime la razón y el entendimiento.