El que no tiene esperanza, se encuentra alejado de una vida llena de entusiasmo, de alegría, de un buen porvenir y de mejores días, tanto para sí mismo, como para los miembros de la familia; en cambio, para una persona que tiene esperanza, existe un amanecer positivo, su mente está preparada para encontrar el bien dejando a un lado el mal, es factible dejar a un lado los problemas que no conducen a nada positivo, sino que destruyen la vida y el accionar, tanto de las personas como de las instituciones. La esperanza y el entusiasmo cambian todo
Siempre existirá esperanzas de cambiar las cosas en todos los niveles, lo fundamental es encontrar el lado positivo del estado anímico. Es necesario tener seguridad y certeza de que una persona desea hacer el bien, para que las cosas le salgan bien y tener la oportunidad de continuar en busca de un futuro prominente, lleno de fe y de esperanza para cambiar todo, pensando siempre en que existe una verdadera aspiración de que las cosas salgan de lo mejor.
Los días pasan y el tiempo nunca se detiene, para todos es el mismo, mide por igual a los niños, a los jóvenes y adultos. El espacio en el que vivimos, posiblemente sea diferente para cada uno, unos tendrán más que otros, pero eso es temporal, porque desaparece con el tiempo, en unos casos de manera inmediata, puede ser por ejemplo, en un incendio, en un terremoto, en un deslave o cualquier desastre natural.