Luego de tres años de la pandemia por el Covid-19, los fieles tienen mayor fe y acuden a la procesión ‘Señor del Buen Suceso’, asimismo a las iglesias, es la percepción que tiene la abadesa del Monasterio de la Madres Concepcionistas de Riobamba, en realidad todos están conscientes que tenemos que estar preparados para la muerte, la misma que viene en cualquier momento de nuestra existencia, no fija raza ni edad, la muerte tiene que llegar en cualquier momento y por consiguiente se debe estar preparado.
Pero el seguir a Jesús no necesariamente es solo orar en las iglesias, sino también trabajar honradamente, ser solidarios con los que más necesitan y más con los que han caído en desgracia, por ejemplo, en estos momentos los que están sufriendo son aquellas familias que fueron afectadas por el deslizamiento de tierra en el cantón Alausí, ellos necesitan de todo, desde un pan para alimentarse, hasta una voz de aliento para superar la crisis en la que se encuentran por la grave situación.
De la misma manera, hay que buscar a Jesús en los pobres que están en las calles buscando un mendrugo de pan, igual, a Jesús se puede encontrar en los desempleados que día a día salen de sus hogares en busca de trabajo y no encuentran. En las madres de familia que tiene que hacer de padre y madre, en los enfermos que luchan por sobrevivir en la cama de un hospital y no tienen para las medicinas.