Zervo ¡no hay imposibles! …Betty es acorralada por su expareja para tomar un avión a Italia. Esta madre confía en la familia paterna para el cuidado de sus pequeños de cinco y tres años… (primera parte en la edición del domingo).
Continúa… Zervo prueba que: ¡no hay imposibles!“El teléfono sonaba y ninguno me respondía”, dijo, y ese día Betty no pudo dormir, pues su ‘corazón de madre’ le repetía que algo pasó. Entonces comenzó la búsqueda y, preocupada por el bienestar de sus hijos, se contactó con una mujer que conocía la situación. La llamada empezó y Betty escuchó: “…siéntese tranquila, sabe que el papá casi le mata a la niña con patadas, con puñetes…”.
Entérate. Betty sabe que estando a miles de kilómetros lo que puede hacer es poco, la impotencia agiganta las horas de agonía, y con ello estalla el detonante que cambiaría sus vidas. Decidieron escapar del ‘verdugo’: Mario estaba a tres meses de cumplir la mayoría de edad, mientras se preparaba para ser médico y Mariuxi estudiaba el Bachillerato. Siendo muy joven aún, el hermano buscó estabilidad, arrendó un departamento y ‘de la noche a la mañana’ Betty tomó cuatro paredes y construyó el primer hogar que sus hijos conocieron. Mientras tanto, el padre seguía buscando el mal de la familia: “métanle en la correccional hasta que sea mayor de edad o cuando la mamá venga, porque todo lo que dice es mentira”, repetía ante las autoridades. Betty, indignada, desde Italia no podía dejar de preguntarse: “¿por qué si le están pegando a una niña la Policía no le puede tener por lo menos un día en la cárcel”.
Además. Frente a este contexto, Betty comprobó que luego de la oscuridad siempre amanece. Los hermanos empiezan a vivir solos y, poco a poco, intentan sanar todo el daño que su propia ‘familia’ les había causado. Además, la madre, por primera vez, pudo ahorrar y compró un boleto con destino a sus hijos…
Pero, como el hambre es grande y el dinero poco, Betty tiene que volver a Italia, aunque en su maleta empacó las ganas de quedarse y algunas fotos de sus hijos. Con el tiempo, Mario se recibió como médico general y Mariuxi estudia para ser licenciada en Diseño Gráfico… llega la pandemia y con ella se colocan los primeros bloques de lo que más tarde sería Zervo.
Importante. En Milano (Italia) la situación por el virus era bastante crítica, y la madre, que veía de cerca el escenario, le pidió a su hijo que deje de laborar en el hospital. Por otro lado, en Ecuador no era muy diferente, los hermanos, en el afán de ayudar, dan albergue en su casa a un joven. El amigo, que sabía de corte y confección, les convenció para invertir en maquinaria de alta costura y empezar una marca de ropa.
Betty apoyó la moción de sus hijos sin saber que más tarde el joven los traicionaría y huiría del domicilio. Los hermanos, que nada sabían del tema, decidieron aprender por sí solos. Y así el camino empieza con un doctor y una diseñadora zafando prendas para entender sobre patrones y las costuras… y el éxito.