“Lo que parecía que iba a ser un sueño se convirtió en una pesadilla; antes de la pandemia él era muy cariñoso, muy amable conmigo y cuando llegó el confinamiento obligatorio todo cambió, parecía más estresado y nada de lo que hacía le gustaba. La primera vez me dio una cachetada pensé que no lo volvería a hacer, pero dos veces más me agredió dándome puñetes en el estómago; he querido denunciarlo, pero no me atreví y mejor me separé de él y fui con mi familia; creo que muchas otras chicas, por miedo o algo, no corren con la misma suerte, al menos yo tuve el respaldo de mi familia”, contó “Carolina” (nombre protegido), una joven que sufrió de violencia durante la pandemia. Violencia intrafamiliar Ecuador.
Preocupación. El secretario general de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, el cinco de abril del presente año, solicitó que se tomen medidas drásticas para hacer frente al “estremecedor repunte global de la violencia doméstica” contra las mujeres y niñas producido en los últimos tiempos debido al confinamiento decretado por los gobiernos a nivel mundial como consecuencia de la pandemia del Covid-19.
Denuncias. Según el ECU-911, durante el recrudecimiento de la pandemia, se recibieron al rededor de 6.800 llamadas para denunciar violencia intrafamiliar en el Ecuador, esto desde el doce de marzo hasta el once de abril de 2020, es decir, 235 mujeres llamaban diariamente para pedir ayuda. No obstante, hay un porcentaje más alto de mujeres que no podían llamar, ya que la mayoría viven con el agresor en sus propias casas.