Violencia escolar en Chimborazo: Los docentes que conocen la realidad deberían proponer las leyes para el sistema educativo, pero con el apoyo del Estado, dijo Roberto González.
¿El castigo a un niño es una forma de corregir o un acto de violencia?
Básicamente, vamos a partir de algo, la violencia va a generar más violencia, y si nosotros educamos con violencia es muy probable que quien recibe el castigo vuelva a repetir lo mismo, y la tendencia es que volvemos a repetir lo que nos sucede y, en ese sentido, sí es necesario que los maestros tengan otro tipo de información, que entiendan que los tiempos han cambiado, que existen nuevas metodologías de información y que es necesario entrar en una cultura de diálogo, de acuerdos, vivimos una sociedad violenta, pero debemos preguntarnos si esa violencia obedece a que esa gente también fue formada en violencia, si que es así, nosotros lo que estamos teniendo como resultado una sociedad violenta.
¿Cuál es la razón para que exista una sociedad violenta?
Porque fueron educados bajo esos principios, pero deberíamos iniciar procesos formativos a los maestros y no solamente a los maestros, sino a la ciudadanía en general, educarles indicando que los métodos pacíficos y la resolución de conflictos es la mejor forma; nosotros necesitamos adentrarnos en esta cultura del diálogo, de la conversación del acuerdo, encontrar mecanismos ideales para poder lograr consensos, y esos consensos, incluso, se logra con los hijos, estudiándolos, entendiéndoles y viéndoles cuál es su comportamiento y por qué lo están haciendo, conversando; mire, si seguimos bajo los principios de querer solucionar todo a través de un latigazo, golpe, de cenicerazos como se daba en el Congreso, o con la ruptura de los diarios en medio de una sabatina, lo que hemos generado es un rompimiento del acuerdo y pensar que la sociedad está recordando de que la única forma de solucionar los problemas es a través de esos mecanismos, cuando existen otros, como el acuerdo y el diálogo.
¿Será que falta la forma de educar a los niños y adolescentes?
Debemos educar con cariño, hay que recordar que los docentes también han ido perdiendo un poco de vocación, porque muchas veces se han convertido en maestros por necesidad, y recordemos que para formar y educar se necesita afecto, amor y mucha vocación, sobre todo paciencia para enseñar.
¿Se tiene que formar una nueva generación de maestros?
Esa es una obligación del Estado y lo debería haberlo hecho siempre, porque los pilares de una sociedad están sustentados sobre salud, educación y sobre la dotación de servicios elementales; entonces, la obligación del Estado es brindar un buen sistema de salud, un buen sistema educativo a la gente, y en esto se tiene que cambiar.
¿Hace falta un urgente cambio en todo nivel?
Definitivamente, hay que cambiarlo, como que estamos muy retrasados, y será muy importante retomar ciertas instancias que se fueron abandonando, pues, recordemos que aún existen las facultades de Pedagogía, educación de las universidades, las facultades de sociología como que nos fuimos vinculando a la tecnología y nos olvidamos que somos seres humanos y se fueron olvidando que la principal herramienta para cambiar la sociedad son los seres humanos, y con ellos hay que trabajar este tema.
¿Será necesario volver a estudiar las materias de cívica y ética como antes se lo hacía en los planteles educativos?
Hay que retomar estas cosas, debemos volver a retomar la ética, la cívica, los valores; mire, no solamente se puede culpar solamente a los últimos 14 años, sino que esto tiene un arrastre muy profundo, han hecho reformas con técnicos que no son del país, que no se ha tomado en cuenta muchos criterios de las personas que tienen vivencias diarias y en las localidades, más bien se debería consensuar con los maestros educadores de las comunidades, y en las universidades locales ellos van a sacar una nueva metodología de acuerdo a su experiencia y que obedezca a una realidad nacional. Mi padre era maestro y siempre hablaba de educar con amor y mencionaba que la metodología debe nacer desde los maestros, porque ellos viven diariamente la realidad que acontece.