Violencia en Ecuador aumenta: Bueno… ya nada nos puede sorprender más, porque lo impensado se encuentra a la orden del día por estas latitudes de la “Mitad del Mundo”, toda vez que cuando creíamos que el viacrucis que atravesamos -y que nos acompañará por mucho tiempo- a causa de la pandemia del Covid-19, este miércoles las “novedades” no se hicieron esperar y, es más, sobresaltaron la “nueva normalidad” a la que supuestamente nos estamos acostumbrando.
El asesinato al estilo sicariato de un polémico profesional del Derecho encendió las alarmas, y esta vez ya no en la Costa ecuatoriana, sino en la capital de la República, lo que despertó de su breve descanso al sentimiento de inseguridad que ha dejado de saberse percepción y tomó ribetes de realidad.
Pero, en poco minutos, un nuevo enfrentamiento entre pandillas, en la Cárcel de Guayaquil, trajo a nuestras mentes escenas que no hace mucho -de seguro- conmocionaron “al más pintado”, esto por la frialdad y la saña empleada en su ejecución, lo que, de seguro, deberá ser atendido por las autoridades que tomarán las riendas del país en próximos días, precisamente el 24 de mayo, so pena que la violencia tome por asalto a nuestra ya de por sí alicaída realidad.
Sin duda, la tarea es ardua, y extirpar este mal social será titánico, más aún cuando está enraizado en diversas esferas sociales, con la complicidad de ciertas leyes y algunos operadores de Justicia que dan pie a las leguleyadas jurídicas, bien sea por temor a las amenazas o por ser fácilmente seducidos por plata mal habida. En tal virtud, esperemos que la Divina Providencia ilumine a los gobernantes y cumplan sus promesas de campaña de darnos paz.