El Foro ‘El rol de la mujer en el emprendimiento, la producción y el comercio justo” se realizó ayer en el Salón ‘José María Román’, y varios emprendedores de la ciudad asistieron viéndolo como una oportunidad de seguir adquiriendo conocimientos en mejora de sus productos y servicios que ofertan.
Situación. Para María Ajitimbay, líder del Subproceso de Desarrollo Económico del Gobierno Municipal, este foro brinda realce al valor que debería tener la mujer dentro de la producción comercial, valorar y realzar equidad, el fin “Tenemos el setenta por ciento que los productores son mujeres, y haciendo mención al sexto principio del comercio justo, que es no a la discriminación, igualdad de género y la igualdad de oportunidades queremos dar importancia a esta temática”, recalcó la también coordinadora de esta novedosa actividad.
Importante. A raíz de este evento, en palabras de Ajitimbay: “todas las mujeres y hombres debemos ser conscientes que todavía vivimos en un círculo de violencia, lo hemos incluso aceptado, y lo que intentamos con estas iniciativas es realzar la equidad de género”.
Interés. Cinco expositores se presentaron desde diferentes instituciones, como: Coordinación Latinoamericana del Comercio Justo, Fundación ‘Maquita’, experiencia de una de las productoras que ha sufrido violencia y racismo por ser indígena, pero ahora ella se encuentra liderando nuevos procesos y abriendo escenarios en los que la mujer es pieza clave en el ámbito del comercio. Por su parte Ximena Manzano, que trabaja como vendedora ambulante y hoy ansía tener un negocio establecido, dijo: “nosotras no debemos dejarnos que nos denigre nadie ni soportar maltrato, porque nosotras, como mujeres, somos valientes y tenemos mucho que ofrecer (…) al no contar con un negocio propio se vive del diario, y es preciso que nos tomen en cuenta e incluyan para crecer con los negocios”.
Voces. Margarita Aulla, de Cacha, que tiene un emprendimiento de legumbres y pertenece al proyecto ‘Plaza Vida’ desde hace cinco años, acotó: “las mujeres necesitamos más espacios y oportunidades; a veces los maridos trabajan y no saben lo que vivimos en la casa con los hijos. La discriminación en el trabajo debe cambiar y no siga generando violencia. Nosotros en el campo trabajamos duro, levantándonos temprano, labramos la tierra para vender nuestros productos. Para nosotros es nuestro sustento el trabajo diario que realizamos, y muchas veces no es valorado, pagándonos poco por el gran esfuerzo hecho”.