Ante el incremento de la inseguridad buscamos generar propuestas de solución y, en este sentido, abordamos sobre la delincuencia desde el enfoque de la política pública, esto con el apoyo del consultor político y social Carlos Moreno. Urgen planes locales de seguridad.
¿La política pública de seguridad ciudadana que existe actualmente ha respondido los problemas de inseguridad?
Lamentablemente no visibilizamos una política pública de seguridad ciudadana en el Ecuador. A veces vamos ‘de tumbo en tumbo’, y no hay una cosa concreta que se pueda determinar si es una política pública o una política nacional.
¿La política pública existente ha sido acompañada con recursos?
No siempre esas políticas están acompañadas con recursos, y en otras ocasiones se sobredimensiona los recursos, esto, por ejemplo, en la dotación de armamento y equipamiento para las fuerzas policiales; sin embargo, se deja de lado temáticas como el alojamiento y los lugares de estadía con condiciones dignas. Dichos alojamientos tienen que estar ubicados en los sectores estratégicos, y con todas las medidas de seguridad requeridas.
¿Cómo se elaboran políticas públicas para responder a los problemas de inseguridad?
Los mecanismos de seguridad, en cualquier lugar, tienen que ser elaborados mediante procesos participativos y de consenso entre todos los actores ciudadanos y responsables de la seguridad ciudadana, estipulada en la Constitución, como son la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas, entre otros. El primer requisito es escuchar a los ecuatorianos para armar una política pública en la que estemos involucrados todos.
¿Qué se debe tomar en cuenta para elaborar políticas públicas de seguridad ciudadana?
Primero se requiere un diagnóstico de la realidad de la seguridad ciudadana; por ejemplo, conocer ¿cuáles son los puntos calientes en la ciudad, provincia y país? y ¿por qué se genera dicha problemática? Luego, identificar a los actores que se encuentran en esos sectores, a fin de involucrarles.
Es decir, ¿una política pública debe generarse desde el territorio y no desde el escritorio?
Sí. Si bien hay directrices nacionales, las políticas públicas tienen que ser trabajadas y recreadas en el territorio. Se debe salir del escritorio para identificar las problemáticas; por ejemplo, se define un distrito y no se puede actuar porque no corresponde a ese territorio, pese a la cercanía. Se requiere agilidad en los mecanismos.
¿Una correcta política pública genera instituciones fuertes y activas?
En otros sectores existen experiencias de la creación de los consejos de seguridad cantonales, provinciales de seguridad ciudadana que han contado con la participación de todos los actores sociales, porque la violencia se produce en los barrios, y en ellos hay vecinos, dirigentes, organizaciones religiosas, sociales, culturales y educativos.
¿El Gobierno tiene un plan nacional de seguridad ciudadana?
No vemos un plan nacional de seguridad ciudadana. Se ha ido ‘de tumbo en tumbo’; por ejemplo, se ha creado la Policía Comunitaria, pero luego se suelta, no se consolida y no se evalúa. Una política pública no solo debería responder al delito y la inseguridad, sino debe irse complementando con medidas que ataquen a las causas de esas problemáticas. Se debe analizar si en los sectores con más violencia existen establecimientos educativos, opciones de recreación de deportes y cultura para los jóvenes… eso es preventivo. También, que el fomento productivo genere empleo y evite que los jóvenes caigan en la delincuencia.