No se trata de una adicción, se trata de una enfermedad de salud mental que requiere la buena predisposición de la persona que lo padece como también de la ayuda de los familiares, amigos y conocidos de su entorno cotidiano. Una problemática social que afecta a adolescentes, jóvenes y adultos. De esta forma somos espectadores diariamente de esta situación, ya que observamos a personas que consumen bebidas alcohólicas en diferentes sectores de la ciudad, o individuos que se quedan dormidos en las veredas, lamentablemente es una dificultad que se incrementa en temporadas festivas como Navidad, Año Viejo, Carnaval, entre otros.. ¡Una grave enfermedad!.
Situación. Javier Yedra, presidente ejecutivo de la Fundación Corazón de Dios explicó que “es una pandemia a nivel mundial porque el alcoholismo y las drogas nunca van a desaparecer, pero podemos hablar de prevención ya que debemos detectar de dónde surge esta problemática y de esta forma estructurar un programa de rehabilitación, al referirnos a prevención no es solo charlas o capacitaciones sino que darle la verdadera importancia y seguimiento a la salud mental” haciendo énfasis en que “el alcoholismo y las drogadicción es una enfermedad incurable, progresiva y mortal”.
¿Qué sucede?. Muchas veces esta afección es producto de problemas intrafamiliares, carencia afectiva, remordimiento, soledad, sobreprotección desesperación, “y es importante trabajar desde la terapia ocupacional con la creación de talleres que permitirán mantener la mente ocupada, además fomentar el autoestima, desarrollar un proyecto de vida, incluso crear una fuente de ingresos, ya que aprenden a realizar un sinnúmero de actividades comerciales como la creación de microempresas en las que aprenden a redireccionar su pensamiento de manera positiva para un mejor desarrollo” finalizó Yedra.