Jhon N., un hombre de 38 años de edad, muere tras recibir 22 puñaladas, deja tres hijos en la orfandad. Hay dos sospechosos detenidos.
El hombre fue asesinado la madrugada (01:20) del domingo 12 de mayo en el sector de la avenida 9 de Octubre y Espejo, cerca de la subestación de la Empresa Eléctrica de Riobamba.
Encendieron velas
Un charco de sangre fue la evidencia del hecho delictivo. Amigos y familiares del hoy occiso colocaron velas encendidas alrededor del charco de sangre como un homenaje a la víctima.
Familiares de la víctima informaron que el hoy occiso había recibido 22 puñaladas. “No sé qué venganza le tenían los victimarios”, dijo la mamá de Jhon y argumentó que los implicados en el crimen serían moradores del mismo sector.
Según datos preliminares, se había generado una riña de la cual resultaron una persona muerta y dos heridas.
Muerte por la gravedad de las heridas
Dos hombres y una mujer habían sido trasladados al Hospital General Docente de Riobamba. En la casa asistencial solo pudieron certificar que Jhon había fallecido a consecuencia de las heridas. Un herido tendría un corte en el cuello y su situación sería crítica, además una chica tendría golpes.
Según narró un familiar, la víctima había salido de viaje a vender bolones y, al regresar a eso de las 01:30, en el lugar del crimen se había encontrado con familiares y con sus victimarios. No se sabe a ciencia cierta qué generó la riña.
Inicialmente se habían enfrentado a golpes, pero los dos implicados habían estado portando armas blancas con las que procedieron con todo sadismo a propinarle 22 apuñaladas.
Tras el hecho de sangre, los sospechosos habían huido del lugar; sin embargo, uniformados de la Policía Nacional y la Fiscalía realizaron varios allanamientos y procedieron con la detención de dos sujetos, entre ellos un menor de edad.
Ayer se realizó la audiencia con el juez que conoció el caso. Al mayor de edad le dictaron prisión preventiva, mientras que al menor le dieron internamiento preventivo.
Jhon N. deja en la orfandad a tres hijos: de 12, 8 y 4 años de edad. Familiares piden justicia.