Nos encontramos en los exteriores del Consejo Provincial, y conocimos a Rosa Quishpe, quien desde hace 18 años trabaja vendiendo productos en su carrito. Trabaja para sus medicinas.
“Todos los días a las 07:45 h ya llego, y hasta las 17:00 h trabajo, hasta que el último funcionario deja la entidad; esto gracias a mi hijo, que ingresó a trabajar como guardia, por ello puedo laborar en el lugar, ya que él conversó con los jefes para que me permitan poner un puestito”, dice emocionada, mientras sus ojos se inundan de emoción y lágrimas.
Familia. Asimismo, subraya que gracias a este trabajo puede mantener su hogar. “No se gana mucho, pero debo trabajar, pues mi hija vive conmigo y ella tiene un hijo; también trabaja, pero estudia, y no tiene mucho tiempo, por ello debo apoyarle para que salga adelante y no pase por mis penurias”, subraya.
Historia. Doña Rosita es de Baños, en donde se dedicaba a lavar ropa y realizar otras actividades que le permitan generar ingresos. “Luego vine a Riobamba y comencé a buscar trabajo para poder tener dinero y mantener a mi familia, pero esto no era suficiente…”.
Salud. La tristeza se apodera de su rostro al recordar que sufre de una enfermedad que no puede afrontar como quisiera. “Cuando el trabajo es bueno puedo comprar las medicinas; cuando el día es bueno hago 5 dólares, pero cuando está malo solo 1 o 2, y me da vergüenza fiar mis medicamentos”. Anotó que fue hasta el MIES a pedir ayuda con el bono, el mismo que le negaron por no estar censada”, dice… y clama ayuda…
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