Testimonios Pandemia Riobamba/ La necesidad ha tocado la puerta principalmente de las familias con menos recursos económicos en el mundo, la “Ciudad Bonita” no es la excepción, cada día se puede ver en las calles como mujeres, hombres y niños buscan vender algún producto para poder alimentarse un día más, siempre hay historias detrás de unas manos que te extienden un producto con la esperanza de que lo compres.
Situación. María Peralta es una riobambeña de 53 años que cada mañana sale a vender mascarillas, no puede detenerse porque detrás de ella hay tres hijos que anhelan poder seguir estudiando, María contó que la pandemia complicó la vida de ella y de los suyos, es sencillo pedirle a las personas que se adapten, por ejemplo, a una educación virtual, pero cuántos sacrificios y realidades salen a flote ante un pedido así.
Necesidad. Los tres hijos de María solo contaban con un celular para sus clases y tareas, tenían que compartir y sacrificar tiempo para que el celular alcance para los 3, ahora ya ni eso tienen, el dispositivo móvil se dañó y no tienen dinero para repararlo. En los próximos días tendrán que acercarse a la institución donde estudian y explicar la situación, según Peralta una de las licenciadas les pidió que vayan para tratar de encontrar una solución para que continúen estudiando sin inconveniente.
Sacrificios. María recorre las calles de la ciudad sin importar el clima, no tiene tiempo de cuidarse de su diabetes, sus hijos son su prioridad, bastante nostálgica y con lágrimas en los ojos lamentó: “no nos alcanza, y ya vienen las Navidades, para mis hijos no habrá Navidades, no habrá nada nuevo, como dicen muchos”.