Testimonios familias Riobamba: En un brazo llevaba un montón de almohadas y cojines amarrados a un palo de escoba, en el otro brazo gran cantidad de mascarillas artesanales y descartables, y con gran agilidad empujaba la carriola en la que su travieso nietecito estaba sentado. Y así pasa la vida de Margarita Loor, una intrépida mujer que se gana el pan de cada día trabajando en el comercio informal.
“Esto lo hago para poder sobrevivir; sinceramente, en estos momentos no hay para darse el lujo de estar en la casa”. Indicó para Diario La Prensa que está orgullosa de lo que está realizando, ya que, a pesar de ser un trabajo humilde, es un trabajo completamente honrado.
“Camino con la frente en alto, ya que no me encuentro haciendo cosas malas, tan solo nos queda salir adelante”. Señaló para nuestro medio que actualmente tienen gran dificultad, ya que las ventas no funcionan como se desearía que pase; sin embargo, está buscando la manera de seguir adelante. “Lo poco que se vende no alcanza para nada, siempre he trabajado vendiendo almohadas, con la situación de la pandemia he vendido mascarillas.
En realidad todo está muy bajo, si se acaba la pandemia tendríamos que volver a vender como antes, lo que estaba dentro de nuestra rutina diaria”. Loor realizó una reflexión, sobre la importancia de luchar y seguir adelante en todo tiempo, pese a los malos momentos y la adversidad.
Historia. Se trata de una mujer valiente y luchadora, que cuida de su pequeño nieto y trabaja en la venta de almohadas, cojines y mascarillas artesanales y desechables.
Desempleo. Esta historia es la misma que viven muchas mujeres y hombres en nuestro país, debido a que los índices de desempleo se recrudecieron.