En medio de los desafíos que enfrenta Ecuador en su lucha contra el crimen organizado, surge un rayo de esperanza que ilumina el camino hacia un futuro más seguro y próspero. Tengamos fe en el futuro.
El gobierno, en colaboración con la sociedad civil, y algunos organismos internacionales, está intensificando sus esfuerzos para erradicar las redes delictivas que han afectado la paz y la estabilidad social.
Recientes operativos de la fuerza de tarea conjunta, y acciones judiciales, han resultado en la captura de importantes miembros de los GDO (Grupos de delincuencia Organizada), y junto con ellos la incautación de armas, municiones, droga, explosivos y más logística que utilizan para sembrar el terror entre la población.
Estos, sin duda, son duros golpes para el crimen organizado.
La cooperación internacional está a disposición; desde varios países como Brasil, Colombia, Francia, Estados Unidos, y el mismo Israel, se han ofrecido para enviar elementos élites en la lucha contra el crimen organizado, para que colaboren en este gran esfuerzo que estamos haciendo los ecuatorianos.
Es al final, desterrar a estas mafias trae consigo un enorme beneficio global, porque, lamentablemente, nuestro país se ha convertido en el principal exportador de droga en el mundo