El taxista, con entrenamiento militar, castigó el robo de un extranjero en Riobamba, «Cogí un palo y con eso le di para quitarle mis cosas».
Durante uno de los recorridos de Diario La Prensa, nos encontramos con Ángel Ortega, taxista con varios años de experiencia detrás del volante, donde él asegura «se ve de todo«.
Ángel comentó que hace 6 meses fue víctima de robo. Su día comenzó con señales de lo que le sucedería en horas de la noche.
Pues asegura que, durante una carrera, entabló una conversación con un pasajero donde le preguntó ¿a qué se dedicaba?. Muy tranquilamente, el cliente le contestó que era ‘choro’.
El taxista manteniendo la compostura le dijo que no le robe, pues apenas había ingresado a trabajar. El pasajero le contestó que él no le robaba a ‘pobres’.
Acto seguido, el usuario le pidió al chofer que lo espere unos minutos mientras iba a comprar un cigarrillo en un bar céntrico de la ciudad.
Extranjero intentó un robo con cuchillo en mano
La noche de trabajo apenas comenzaba para Ángel. Es así que, en el barrio Cisneros de Tapi recogió a un pasajero de nacionalidad extranjera, y tuvo que trasladarlo al sector de la Coca Cola.
Sin embargo, al llegar a su destino, el extranjero sacó un cuchillo e hizo que le entregara su teléfono y billetera.
Ángel, al tener puesto el cinturón de seguridad no hizo más que obedecer.
El presunto ladrón al bajarse del vehículo le pidió las llaves, las tiró a un terreno baldío, y siguió su camino. Esto molestó al taxista, quien recordó el entrenamiento militar que tuvo cuando era joven.
Es así que, se bajó rápidamente del taxi, tomó un palo y sometió al extranjero hasta dejarlo en el suelo.
Con el ruido, la ciudadanía llamó a un agente de tránsito que estableció el orden.
Al contarle lo sucedido, procedieron a revisar la cangurera del quien fue el pasajero para recuperar lo robado. Además del botín encontraron droga y alcohol.
Luego, quiso recuperar el video de las cámaras que registraron el momento del robo.
Cuando llegó a las oficinas constató lo sucedido en la grabación y solicitó que se lo entregaran.
De esta manera, Ángel Ortega decidió no tomar más represalias contra su agresor.
Así, las experiencias de los profesionales del volante hacen que nos demos cuenta del nivel de delincuencia al que se enfrenta Riobamba.