A las afueras de la Corte Provincial de Justicia de Chimborazo se llevó a cabo, el día de ayer, un plantón para exigir justicia por el sicariato de María Esther Morocho, hecho que se suscitó hace 10 años en un barrio del norte de Riobamba y del que hasta hoy no se ha encontrado justicia. Son ya 10 años del sicariato de Esther.
Miriam Silva, una de las hijas de María Esther, es una de las personas que gritaba a viva voz el que se haga justicia. “Un sábado 28 de enero de 2012 fue asesinada mi madre con cuatro impactos en el rostro. Vinieron dos en motocicleta y acabaron con mi madre por unos litigios por tierras”, comentó la ciudadana.
Durante esta década, según Miriam Silva, han ido “cayendo” uno a uno. “La verdad es que los asesinos nunca fueron encontrados ni investigados, pese a que hubo demasiadas evidencias. El nexo causal es el de tierras, pero, a pesar de tener sentencia, no se ha ejecutoriado, por eso seguimos en las calles gritando”, indicó Silva, quien agregó que este caso ha pasado de mano en mano, de juez en juez, y nadie quiere hacerse cargo de ese juicio.
Hoy por hoy, por el sicariato de María Esther, se sentenció como asesinos intelectuales a cinco integrantes de una misma familia. Dos se encuentran sentenciados y huidos, mientras que los otros tres cumplieron la pena, pero ya se encuentran libres. “La sentencia fue a 16 años de pena privativa, pero hoy ellos se encuentran libres. No entendemos cómo funciona la justicia en nuestro país”, sentenció Miriam Silva.