“Sí, es él, es mi amigo”, indicó una de las personas que llegó hasta la avenida Héroes de Tapi, lugar donde yacía el cuerpo sin vida de José Luis Álvares Toabanda, un joven de aproximadamente 25 años. La mujer no pudo contener las lágrimas al identificar el cadáver de su allegado. “Sí, es mi amigo”, lamentó una allegada de José Luis.
Tragedia. Un grupo de aproximadamente cinco personas arribó al sitio de la tragedia, pues, su amigo y compañero de trabajo había fallecido al accidentarse mientras se movilizaba en una motocicleta, sus allegados indicaron que él se dirigía hacia su lugar de trabajo cuando la muerte lo sorprendió.
Dolor. Consternados por la tragedia, varias amigas de la víctima indicaron -entre lágrimas- que el joven trabajaba en el Hospital de la Sociedad de Lucha Contra el Cáncer (Solca) Riobamba, lugar al que presumen que se dirigía al momento del hecho trágico. Aún desconcertados, y sin dar crédito a lo ocurrido, el grupo de amigos de José Luis observaba al cadáver, veía con incredulidad cómo una tragedia cobró la vida de un joven lleno de sueños, los cuales no podrá concretar porque, mientras se transportaba en su apreciada motocicleta, emprendió un viaje sin retorno, partió hacia la eternidad…
Susto. Eran pasadas las 07:30 horas de ayer cuando un fuerte estruendo alarmó a varios vecinos de la avenida Héroes de Tapi, cerca de las viviendas de la Brigada de Caballería Blindada “Galápagos”, y sobre la calzada quedó un casco destrozado, una motocicleta golpeada y, a varios metros, sobre el parterre central de la avenida, estaba el cuerpo sin vida de José Luis. Transeúntes veían con asombro la triste escena, pues, el cadáver del joven permaneció por más de mediahora sobre la fría arteria vial de la “Ciudad Sultana”.