¿Cuáles serían las garantías que se deberían presentar para que un diálogo sea efectivo entre el Gobierno y la CONAIE? Desde el Ejecutivo, en una cadena nacional, se dio la reducción del precio de los combustibles a $0.10. La CONAIE ha mencionado que esta medida es “insuficiente” e “insensible”. ¿Cuál es la lectura que se le puede dar a estas jornadas? ¿Será que era inevitable el PARO?
¿Cómo se evalúan a estas manifestaciones?
Yo creo que 2019 logró transversalizar de manera más efectiva las demandas alrededor de la propuesta de la CONAIE y del pedido de la restauración del subsidio de los combustibles. Entonces, yo creo que, en octubre de 2019, había más grupos involucrados. Había más sectores populares, barrios, estudiantes, mujeres feministas. Yo creo que ahora sí lo hay, pero de una forma menos desplegada que la que hubo en su momento. A pesar de que hemos visto, también, manifestaciones de violencia bastante fuertes, tanto de lado y lado. Todavía no llegamos a los niveles en los que estuvimos en 2019, en los que, recordemos, los manifestantes empezaron a usar mecanismos un poco más elaborados de defensa. Veíamos una especie de dispositivos improvisados con los cuales lanzaban cocteles molotov, y algunas formas de repelar a las fuerzas policiales. Indudablemente creo que se han cometido violaciones de Derechos Humanos, sí. ¿Eso puede ser evitable?, sí. Pero, al punto de una masacre, como algunas personas quieren decir, creo que eso suena bonito si eres activista político. Pero ya a la luz de cierta objetividad, que tampoco te convierte en tibio, no considero que hemos visto el mismo nivel de represión que vimos en 2019.
Hay menor escalada de violencia de ambos lados, tanto de la represión. Debe haber un control del uso progresivo de la fuerza que suele terminar en represión, como pasó en el Puyo.
¿Quiénes podrían estar detrás de la movilización?
Deberíamos darle otro enfoque. La gente está movilizada porque estamos en un país de una desigualdad absoluta. A la literatura especializada en ciencia política, sociológica y antropológica, no le ha pagado nadie. En todos estos estudios que se han hecho sobre la cultura política se coincide en lo mismo. Una de las causales de mayor inseguridad jurídica, de mayor convulsión del país es la desigualdad.
Esto iba a terminar explotando, ahora o mañana. Haya o no haya correísmo. Estamos en la región más desigual del mundo. No importa que haya o no haya financistas, si no hay un terreno fértil para eso, simplemente no sirve para nada, sería dinero quemado. Me interesan más bien las razones detrás de qué moviliza a la gente. Yo creo que esta gente vive en condiciones de desigualdad, de pobreza y de hambre. Todos los indicadores lo dicen así. Más del 50% del país es pobre, significa que mayoritariamente nuestro país es uno de pobres. Más del 75% de la gente no tiene un trabajo, entonces, ¿cómo no iba a presentarse un momento en el cual iba a haber demandas insatisfechas? Esas son las verdaderas causales. Ahora, si detrás de las filtraciones del Apawki Castro, hay algo de veracidad, creo que eso no nos compete, ni a los analistas, ni a los actores políticas reflexionarlo. Sino, más bien, a las instituciones cuando en un Estado de Derecho funcionan bien. Y si es que hay financistas habría que enjuiciarlos específica. Si hay gente que ha usado el descontento social como un mecanismo de financiación, además, ilícita —porque financiar como tal no es un delito— yo creo que tienen que ser procesados penalmente. ¿Eso le quita legitimidad a la protesta? No, porque la gente sabe muy bien por qué se ha movilizado.
Que se esté sesionando para debatir la destitución del presidente, ¿es una consecuencia de la dilatación del Paro Nacional?
No. Lo que hemos visto en la Asamblea es una consecuencia de su conformación inicial. Es decir, este es un Legislativo muy fragmentado. Tenemos también un Gobierno que entró con 12 legisladores y una alianza legislativa que ya se cayó con Llori, que nunca tuvo salvaguardas. Esto fue un error gravísimo. Tú no debes abandonar a un aliado natural, como lo fue el Partido Social Cristiano, que yo creo que sí era bueno, porque, ¿qué hacías uniéndote con UNES?, ¿a cambio de qué? Yo creo que lo que vemos ahora, es producto de eso. Es decir, una Asamblea que desde un inicio estuvo polarizada. Un presidente que tampoco ayudó a mejorar esa polarización y fragmentación, ya que él mismo puso sobre la mesa la posibilidad de la muerte cruzada. Yo siempre he sostenido que, desde que el Presidente habló de esta posibilidad, no importa quién la convoque. La muerte cruzada es constitucional, sí, pero es profundamente antidemocrática.
¿Durante estos días se han podido ver estrategias que garanticen un diálogo?
Yo los veo como mensajes confusos. Lo que hizo el viernes, hasta el mediodía, el ministro Jiménez, fue positivo. Es decir, permitir la entrada al Ágora de la Casa de la Cultura, al parque El Arbolito, para que se reúnan en sus asambleas y reconocer estos espacios como sitios de paz. Eso fue positivo. Creo que lo que acaba de hacer el Presidente, el sábado por la noche, que fue derogar el Estado de Excepción, fue positivo, también, eso era lo que la CONAIE pedía. Muchos creían que no era posible hacerse, claro que lo era. Esas son muestras de buena voluntad política.
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