¿Ser Madre o no?: La maternidad ha sido entendida como un elemento fundamental en la esencia femenina, lo cual ha provocado que se relacione la palabra mujer con el hecho de ser Madre.
Sin embargo, desde una posición feminista, esta postura ha sido debatida, ya que se considera inexistente la relación mencionada anteriormente, pues, ésta se entiende como una representación cultural (Marrades, 2002). Además, se entiende que la maternidad es un término que se encuentra en permanente evolución y en el cual inciden tanto factores culturales como sociales, los cuales lo han relacionado con las definiciones de mujer, procreación y crianza (Molina, 2006).
A partir de lo anterior, se deja en evidencia como el concepto de maternidad ha sido asociado con una característica propia de la mujer. Se debe mencionar que esta idea ha sido permeada por lo establecido cultural y socialmente, pues, como lo menciona Royo (2011, p.28) la maternidad “es un constructo social y simbólico que adquiere diferentes significados en diferentes contextos sociohistóricos”. De esta manera, se plantea la presente investigación, en la cual se pretende considerar y analizar cómo los cambios que se han dado en la concepción de la maternidad, y que han determinado el papel que las mujeres deberían cumplir en la vida.
Mujer. La ciudadana Wendy Sandoval tiene 38 años edad y no es madre de familia. Ella manifestó que una de las razones por las que no tuvo un bebé es porque se fue del país a estudiar idiomas en el extranjero. “En el momento que regresé no creí lógico tener un hijo después de los 30 años; la verdad, pienso que la juventud es importante para un niño, adicional a eso mi pareja también es una persona adulta y creo que más que despreocupación o falta de interés ha sido un poco el respetar la vida, porque para mí ser madre de una criatura a los 40 años no me parece prudente”.
Asimismo, se le preguntó si tuviera la oportunidad de regresar el tiempo para poder concebir un nuevo ser, y respondió: “no, porque ahora, en estas circunstancias peor aún; cada vez pienso que fue mejor mi decisión, porque yo estaría desesperada en estos momentos; soy una emprendedora que vive de mi trabajo, imagínese en las circunstancias en la que estamos, nos vemos obligados a salir porque necesitamos la parte económica con uno o dos niños sería muchísimo más difícil, complicado; usted sabe que los padres quieren lo mejor para sus hijos y qué pena que no puedan darles en estas circunstancias que el país está muy apretado”. Indicando así que optó por no ser Madre por la crisis económica y por su edad.
El mensaje de Sandoval a las mujeres fue que estudien, porque el conocimiento es la base para que puedan salir adelante. “Yo pienso que los hijos tienen que venir en una etapa en la que uno está totalmente maduro, seguro y con una profesión para poder salir adelante y sacar adelante a un hijo”. Añadió que a partir de los 25 años es una edad prudente para ser Madre, debido a que las mujeres presentan madurez.
Esposos jóvenes. Carmen Muñoz, de 25 años, manifestó que aún no considera que sea el momento propicio para ser Madre, ya que con el tema de la pandemia y de la economía misma no es seguro traer un niño al mundo. “Hasta que no esté totalmente segura no he decidido aún ser mamá”. Añadió que sus metas han programado junto a su esposo, ya que decidieron sacar en adelante la empresa que tienen en un año y que, posterior a eso, asegura que tendrá la economía suficiente para mantener un niño y también para prepararse psicológicamente.
Por su parte, su esposo, Cristian Zúñiga, dijo: “hemos visto que parejas traen al mundo a sus hijos cuando no tienen estabilidad emocional, sentimental. Dentro de una pareja muchas veces piensan que tener un hijo es como si les fuese a unir, y eso no es así; entonces, en ese aspecto nosotros, como pareja, estamos desarrollando poco más la parte sentimental, espiritual y la parte económica, que siempre tiene que ir bastante enlazado en todo esto; entonces, si cubrimos esos tres estándares podremos ser una familia estable tanto emocional, física y económicamente, así que todo esto tiene que ir bastante bien enlazado como un engranaje; en la parte sentimental nosotros no podemos traer a un hijo al mundo cuando tal vez ella o yo no nos encontremos seguros de lo que vamos hacer, entonces no, muchas veces dicen que un hijo ata y no es así tampoco, muchas veces se tiene que también fijar en los sentimientos y en la felicidad de la persona para dar ese mismo sentimiento al bebé; entonces, eso sería algo que también deberían ponerse a pensar las personas antes de tener un hijo”.
Madre de familia. María Samaniego dijo: “sabe que es una responsabilidad y un orgullo ser Madre porque se tiene a los hijos y ellos son todo para uno; a los jóvenes les diría que en este tiempo se cuiden mucho, porque es difícil con la pandemia por la que estamos a travesando, es muy difícil el cuidarlos bien”.
La decisión es principalmente de una mujer
Wendy Sandoval indicó: “por supuesto, porque nosotros, en esta época, sabemos perfectamente cómo cuidarnos, tenemos las alternativas, formas de hacerlo, entonces la decisión más es de uno, porque la responsabilidad es de nosotros. No tiene nada que ver el hecho de que el hombre quiera tener hijos, porque la responsabilidad es de la mujer cien por ciento”.
Por su parte, María Samaniego dijo: “yo creo que la decisión no está solo en la mujer sino en el hombre también, que deben cuidarse, porque ser Madre es la palabra más bella, porque uno se sabe que como Madre uno se tiene a los hijos, pero en sí es una responsabilidad muy grande de la pareja, porque a los niños no hay que traerlos a hacerles sufrir”; asimismo, a las parejas sugirió que se cuiden y eviten tener niños en este tiempo, que se ha tornado difícil.
La ciudadana tuvo a su primogénita a los 20 años, por lo que indicó que con su experiencia el consejo sería que la pareja no se embaracen a temprana edad y que primero maduren, tengan un trabajo, sean responsables, para que estén conscientes de cómo ser padres.
Sobrepoblación. Sandoval dijo: “apoyo totalmente, no estamos en un tiempo en el que se debería traer criaturas al mundo, al contrario, pienso que deberíamos aprender poco de otros países; en Holanda, por ejemplo, los niños realmente son concebidos con un proyecto de vida increíble de sus padres”, por lo que apoyó aquellas mujeres que han optado por no traer niños al mundo para evitar la temida sobrepoblación.
“Ser madre, saberse madre, sentirse madre”
Hay muchas cosas que no se cuentan sobre la maternidad. Llegues como llegues a ella. Aspectos que forman parte del relato intuido, transmitido por generaciones, desde el que vamos construyendo nuestra identidad. Algo así como un alma común, que sólo llegas a atisbar en momentos de luz, de apertura y de entrega. Nadie me dijo que llevaba tiempo saberse madre, llevaba tiempo, horas, minutos, tardes de parque, lavadoras, purés y peluches llegar a saberse madre. Ni que ese tiempo adquiría otra dimensión, en la que esa ilusión que tenías antes de marcar el paso de tu vida y que es efímera, porque tampoco es real pero funciona, se desvanece y entras en un tiempo que no es el tuyo, porque el tuyo murió y el nuestro aún no ha llegado. Ni que habría momentos en que deseabas parar el tiempo, y otros que pasara tan deprisa que no pudieras ni vivirlo. Tantas cosas… Pero, sobre todo, no sabía que llegaría un momento donde las fronteras de mi ser no estarían en mi piel sino en la suya, en el que miraría mi vida a través de sus ojos, y la vería cargada de otros colores, de otros brillos y otras penumbras. No sabía que yo también nacería de nuevo”.
La historia de un porqué
Siempre quise ser madre. Probablemente porque el referente más importante de amor en el que crecí, humano e imperfecto, pero palpable y envolvente, fue el de mi madre. Ella me enseñó a amar, y algo dentro de mí sentía que todo ese amor no podía quedarse en mí. Además intuía que había una parte mía que sólo llegaría a conocer como madre.
Con el paso de los años he aprendido que la intuición es el lenguaje del alma y hay que seguirla fielmente. Sabía, por tanto, que sería madre, lo que no sabía era cómo ni cuándo ni con quién. El momento llegó de un modo natural, fui culminando etapas de mi desarrollo: salí de casa de mis padres, estudié una carrera, trabajé, viajé, disfruté plenamente una vida personal. Viajar era una obsesión para mí desde niña, sentía la necesidad de conocer el mundo, y me alegro de haberlo hecho antes de ser madre para no poder sentir en ningún momento la tentación del reproche por lo no hecho o no vivido.
Según Karla Barrantes Valverde y María Fernanda Cubero Cubero la maternidad ha sido una característica intrínseca a la feminidad, lo cual se ha visto reflejado a lo largo de toda la historia, constituyéndose esta en un distintivo al cual se apegan las mujeres, además de ser lo esperado socialmente. Es importante rescatar que es la maternidad la cual establece la diferencia entre los géneros, ya que a través de esta se establecen las labores que deben realizar cada género, así como las actitudes y características que se espera que cumplan.
Un aspecto a destacar es como la maternidad en un momento histórico pasó a ser el eje fundamental para la organización social, otorgándosele una mayor importancia de la que se le dio en épocas posteriores.
Sin embargo esta posición de la mujer experimentó un cambio, quedando en una posición de inferioridad en relación con el hombre, lo cual se reflejó en la institución de la sociedad patriarcal, manteniendo algunos de esos principios hasta la actualidad.
Capacidad de dar vida, limita la manera de vivir la sexualidad
Teniendo gran influencia en ello las directrices religiosas y sociales que exponen que la vida sexual de la mujer está enfocada en la procreación y no en el disfrute de esta. Sin embargo, se puede decir que en la actualidad se ha logrado un cierto cambio con respecto al tema, aunque se mantienen algunas ideas acerca de la represión de la sexualidad femenina. Asimismo, se debe rescatar como la inserción en el mercado laboral por parte de las mujeres, es uno de los principales cambios que suceden en la concepción de maternidad, pues a partir de este hecho se reconoce la capacidad de la mujer de asumir labores distintas a las que debía realizar en el hogar, incluyendo en este punto el cuido de los niños.
Es importante señalar la labor que ha tenido el movimiento feminista en los cambios de los últimos años, principalmente en la decisión de si se asume la maternidad o no, ya que a través de luchas como la legitimación del aborto, apertura en el uso de anticonceptivos y aceptación de la orientación sexual lésbica, se ha logrado un cambio en la concepción de la maternidad.
Resulta trascendental mencionar cómo el género femenino ha sido transformado a través de los diferentes momentos históricos, sin embargo las características de la maternidad no se han separado de la construcción social que hay alrededor de este género, esto porque a pesar de que se han dado cambios de cómo se vive la maternidad o cómo se asume esta, la concepción de feminidad no se ha desligado de lo referente a ser madre.