“Aprender a convivir con el riesgo” expresó Paco Dávila, líder provincial de protección civil de la Secretaría de Gestión de Riesgos, añadiendo que “hay eventos adversos a diario, los peligros son latentes, al salir de casa ya nos vemos expuestos a un riesgo, sin embargo, la población debe estar preparada para actuar ante estas situaciones”. No obstante, mucho dependerá también del accionar de la sociedad, es decir, la prevención sigue siendo la mejor opción para no tener que lamentar las pérdidas humanas y materiales cuando se presentan estos desastres, la pregunta es ¿se puede enfrentar catástrofes?.
Situación. Uno de estos eventos ocurrió la noche del domingo 26 en Alausí, el deslizamiento de tierra provocó terribles pérdidas, la interrogante es ¿se puede enfrentar catástrofes? en las cuales aún no se tienen cifras exactas, porque continúan con las labores de rescate las instituciones de primera respuesta, sin embargo, fue una situación anunciada, ya que, el 19 de febrero la Secretaría de Gestión de Riesgos ya dio la alerta amarilla, es decir, las autoridades debían proceder a la evacuación de los habitantes y de controlar el paso de vehículos. No obstante, deberían ser procesos mancomunados entre las instituciones públicas y privadas, porque, no solo es cuestión de emitir un dato o informar sobre lo que puede suceder, sino, determinar estrategias a realizarse, señaló Dávila.
Accionar. Alausí tiene fallas geológicas, por esto, se debe trabajar en la prevención y no olvidarse de los riesgos, ya que, es importante que la ciudadanía conozca algunas de estas sugerencias que menciona el líder: ser conscientes del lugar en el que estamos ubicados, el tipo de construcción que tienen las viviendas, saber cuantas son y donde están las salidas de emergencia, el lugar hacia dónde deben dirigirse las personas por su seguridad y rutas de evacuación; todas las respuestas a estas preguntas ayudan a encontrar las amenazas que están en nuestro alrededor y con ello reconocer nuestras vulnerabilidades que son muy evidentes, y las más comunes son “el no estar jamás preparados y no considerar los riesgos” finalizó Dávila.