La vulneración de sus derechos y el de otros integrantes de la comunidad LGBTI, en la localidad, ha motivado a Odalys Inca a ser activista por la igualdad de derechos. Respeto hacia la comunidad LGBTIQ+.
Ella confiesa que llegó a un punto de su vida en que se vio en la necesidad de alzar su voy y hacerse escuchar, pero que no solo lo hace por ella sino también por aquellas personas que aún temen exteriorizar su identidad sexual, pero no lo hacen por miedo a ser víctimas de acoso. Agrega que se debe empezar desde la educación de los niños.
¿Cuánto tiempo tiene en el activismo y cuál es su principal objetivo?
Todo el año 2021 me he dedicado a ser activista. Mi motivación es luchar para que haya una sociedad más respetuosa de los demás. No pedimos más que respeto, como cualquier ser humano. Sentimos y nos afecta que nos vean o nos traten mal.
¿Hay respeto para la comunidad LGBTI en Riobamba?
No, estamos tratando de conseguir un espacio… porque por muchos años hemos sido vistas con indiferencia, hemos estado socialmente relegadas y nos hemos visto obligadas a ejercer roles que se nos ha impuesto como trabajar en peluquerías e incluso el trabajo sexual. También hay mucha migración ante la falta de oportunidades en Riobamba.
¿El Estado les ha garantizado el acceso a la educación y salud?
No. Porque en cuanto al tema de educación muchas personas de la comunidad han sido objeto de burla en las instituciones educativas donde han estado estudiando. Aún falta mucho para avanzar, se requiere que el Estado promueva mejores condiciones mediante personal capacitado para que desde los más pequeños vayan educándose respetando las diversas identidades de género. Respecto al tema de salud, aún se nos debe y mucho, ya que algunas personas han muerto por intentar acceder a ciertos tratamientos. Otras en cambio sigue con secuelas y las instituciones de salud pública muchas veces no las atiende de manera oportuna.
¿A parte de los procedimientos quirúrgicos, cuáles son los otros riesgos que corre la comunidad LGBTI en temas de salud?
La aplicación de hormonas sin la supervisión de un profesional es muy frecuente. Esto puede llegar a ser muy peligroso, ya que siempre debe ser bajo vigilancia médica.
¿Usted cree que el Estado debería asumir los tratamientos de hormonas?
Sí. Porque el tratamiento debería estar considerado dentro de los servicios de salud pública, pero no solo eso sino también atención integral. Necesitamos de psicología, de salud en general para que podamos tener una vida plena desde que decidimos identificarnos con otro sexo. Hasta la reasignación de sexo debería ser competencia del estado, tal vez no es su totalidad, pero sí con algún porcentaje.
¿Cuáles son las agresiones más comunes que sufren los miembros de la comunidad LGBTI?
El mayor riesgo está en las calles para las compañeras que ejercen el trabajo sexual. Han habido situaciones de violencia, hay gente que no les paga lo que han acordado previamente, son víctimas de insultos, de todo tipo de agresiones.
¿Han participado en actividades públicas a fin ganar espacio en la comunidad?
No, todavía no, aunque en eso estamos, queremos participar en actos públicos para promover, sobre todo, el respeto a la diversidad. La municipalidad sí nos ha invitado a ferias, sin embargo, todavía no hemos asistido a ellas.
Qué actividades han realizado para promover el respeto?
El 28 de junio marchamos por el ‘Día del Orgullo’ y el 20 de noviembre por la Visibilidad Trans.