Para quienes tienen hijos a quienes se ha hecho una recomendación para el uso de lentes, como parte de un tratamiento para corregir o controlar un defecto refractivo, el proceso de adaptación puede ser una tarea difícil. Aunque algunos niños y adolescentes se acostumbran al uso de lentes sin problema, para un alto porcentaje de ellos este proceso puede tomar un tiempo considerable. De acuerdo con el Dr. Alejandro Lalama, jefe de Optometría de Óptica Los Andes (OLA), “(…) es muy común que los chicos se sientan incómodos al inicio, o inclusive que tengan temor a recibir burlas por parte de sus compañeros”. En ese sentido, el manejo del tema por parte de los padres resulta fundamental, pues, si se lleva de manera adecuada, puede facilitar la habituación de sus hijos. Por ello, el representante de OLA presenta a continuación cuatro recomendaciones que serán de gran utilidad para ayudar a los menores a adaptarse al uso de lentes.
1. Permitirles elegir el modelo que más les guste: “un primer paso, que es sumamente importante, es involucrar a los pacientes en la elección de sus lentes”, aconseja el Dr. Lalama. A decir del experto, eso les generará una sensación de libre expresión de sus gustos y, muy probablemente, hará que sientan un mayor deseo de utilizarlos. En el caso de Óptica Los Andes, su portafolio de armazones ofrece una amplia gama de modelos, diseños y colores, que se ajustan al estilo personal de cada cliente. Para los más pequeños de la casa, existe una selección especial con armazones livianos y duraderos, pensados especialmente para niños.
2. Hacer la transición progresivamente: a sabiendas de que la transición no será fácil, otra recomendación es hacerlo poco a poco y no desesperarse en el intento. “Para cualquier persona, los cambios y las cosas nuevas pueden ser complejas, más aún cuando se trata de niños; por eso resulta ilógico pretender que la adaptación se logrará en un abrir y cerrar de ojos”, advierte el especialista de OLA. Añade que una buena estrategia es que los padres pidan a sus hijos que empiecen por usar sus lentes 15 minutos al día, e ir incrementando este tiempo progresivamente. “Es decir, con el pasar de los días, aumentamos el tiempo a 30 minutos, luego a 45 minutos, y luego a una hora diaria”. Esto hará que, en unas cuantas semanas, el uso de los lentes no sea una petición de los padres, sino un hábito adquirido de los chicos, ahí se nota efectiva la recomendación para el uso de lentes.
3. Acudir al optómetra si nota que los lentes generan mucha incomodidad: “si notamos que los lentes siguen provocando incomodidad después de varios días de uso es muy posible que haya que realizar algún ajuste”, indica el representante de Óptica los Andes. En ese escenario, sugiere acudir al optómetra para que haga una revisión minuciosa del paciente y de los lentes y, así, determinar si existe la necesidad de hacer correcciones.