Reacciones violentas contra delincuentes aumentan en Tungurahua, reflejando la frustración de la población por la inseguridad.
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Las respuestas ciudadanas y reacciones violentas ante delincuentes en Tungurahua han escalado, reflejando la frustración de la población por la inseguridad.
Reacciones violentas contra delincuentes ante casos de justicia por mano propia
En los últimos dos meses, en Tungurahua se han registrado al menos cuatro incidentes en los que presuntos delincuentes fueron agredidos por la comunidad.
Uno de los casos más recientes ocurrió en el Centro Comercial Ferroviario, donde una mujer fue golpeada tras ser acusada de intentar robar.
Videos en redes muestran cómo le cortaron el cabello y le causaron heridas en la mano.
Otro incidente se registró el 22 de diciembre de 2024 en Salasaca, Pelileo, donde un sospechoso de robo fue amarrado y colgado de un puente peatonal.
Semanas después, en enero de 2025, otro individuo fue ajusticiado en la misma comunidad por presunto robo de un vehículo.
A inicios de febrero, en el pasaje Rodó, en Ambato, la comunidad capturó y golpeó a un presunto delincuente, exigiendo castigos más severos.
Percepción ciudadana y marco legal
Ante el aumento de estos actos, muchos ciudadanos justifican la violencia como una respuesta a la falta de acción estatal.
“Ellos no piensan en el pueblo, ¿por qué nosotros debemos tener compasión?”, señaló una comerciante del Centro Comercial Ferroviario.
El artículo 526 del COIP permite la detención de sospechosos en flagrancia, pero enfatiza que es obligación de los ciudadanos entregar al detenido a la Policía. La justicia por mano propia es ilegal y puede acarrear penas de 30 días a 5 años de prisión por agresión, y de 22 a 26 años en casos de homicidio.
La antropóloga Inés Zapata argumenta que estas reacciones violentas reflejan el descontento por la crisis de seguridad. “Es fácil culpar a un individuo, pero la verdadera responsabilidad recae en el Estado, que debe garantizar la seguridad”, explicó.
El incremento de la violencia social en Tungurahua es un llamado de atención sobre la necesidad de soluciones efectivas para combatir la delincuencia y restaurar la confianza en el sistema judicial.