Rafael Correa escondió asesinatos, el investigador Arduino Tomasi descubrió un incremento alarmante, lo que sugiere un encubrimiento.
Rafael Correa habría escondido más de 7 mil asesinatos durante su mandanto, así lo sugiere una investigación hecha por un ecuatoriano. Mientras, Correa se jactaba de haber dejado al Ecuador como segundo país más seguro de América Latina.
Arduino Tomasi, un investigador ecuatoriano con un PhD de la London School of Economics y actualmente en la Universidad de Chicago, descubrió una preocupante anomalía al revisar las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Lo que encontró en los registros de defunciones lo dejó sin palabras: 7.379 muertes violentas no determinadas ocurrieron durante el gobierno de Rafael Correa, sugiriendo un encubrimiento sistemático.
¿Un encubrimiento de asesinatos?
Si bien las tasas de homicidios oficiales descendieron bajo el gobierno de Correa, las muertes violentas catalogadas como de “intención no determinada” aumentaron drásticamente.
Este tipo de muertes se refiere a aquellos casos donde no se establece si fueron causadas por homicidios, suicidios o accidentes.
Este incremento rompía todas las tendencias y no tenía explicación estadística alguna. Lo normal, cuando la tasa de homicidios cae, es que se reduzca también la de estas muertes violentas no explicadas. Que en el Ecuador ocurriera lo contrario era una anomalía.
¿Dónde habían ocurrido esas muertes no explicadas?
La distribución geográfica de estos fallecimientos se concentra en las rutas del narcotráfico (ruta de la cocaína), lo que refuerza la teoría de Tomasi de que muchos de estos casos fueron asesinatos encubiertos.
Si estas muertes no explicadas fueran causadas por accidentes, su distribución sería uniforme en todas las provincias. Se trata, pues, de asesinatos. Y asesinatos relacionados con el narcotráfico que las estadísticas oficiales encubrieron.
Correa y ‘Pax Narco’ vinculada con la salida de la Base de Manta
Septiembre de 2009: Dos acontecimientos aparentemente no relacionados entre si tienen lugar con escasos días de diferencia.
El 18 de septiembre, la salida de la base estadounidense de Manta en 2009, tras diez años de intensa actividad de control del narcotráfico, que marcó un punto de quiebre en las estadísticas de seguridad de Ecuador.
En la semana del 6, tuvo lugar el encuentro, supuestamente con fines de pacificación, entre autoridades del gobierno y líderes de las bandas de delincuencia juvenil (ñetas y latin kings).
Ricardo Patiño y Rafael Correa posaron ante los fotógrafos con Leandro Norero que estaba a punto de convertirse en un poderoso operador de los carteles mexicanos del narcotráfico.
Gracias a lo que el correísmo llamó «proceso de pacificación«, las bandas juveniles del 2009 ampliaron sus actividades delictivas hasta convertirse en lo que son hoy: Franquicias del crimen organizado internacional en guerra contra el Estado.
Ese mismo año, las capturas de cargamentos de droga cayeron un 75%, y las muertes no explicadas comenzaron a subir.
Tomasi sugiere que un acuerdo entre el gobierno y el narcotráfico permitió que las bandas expandieran sus actividades en el país, dando lugar a lo que él denomina la ‘pax narco’.
Tráfico de menores y desapariciones
Otros indicadores respaldan la hipótesis de Tomasi, como el incremento del tráfico de menores y las desapariciones de personas.
Ambos fenómenos, tradicionalmente vinculados al narcotráfico, se dispararon tras la salida de la base de Manta.
El tráfico de menores aumentó un 150% entre 2009 y 2012. En cuanto a la desaparición de personas, más de lo mismo. Las cifras que se mantuvieron muy por debajo de los cien casos anuales reportados mientras la base de Manta estaba operativa, crecieron exponencialmente desde el 2010 hasta estabilizarse en los 10 mil casos anuales entre 2014 y 2018.
Antes de ese año, la incidencia de la trata de menores de edad era muy baja, algo menor que la registrada en Colombia y muy por debajo del promedio regional.
Son los años durante los cuales el pediatra Pablo Aníbal Izquierdo, que apenas en julio de este año fue capturado en posesión de material de abuso sexual infantil, se desempeñó como asesor de Salud del presidente Correa.
Reacciones al descubrimiento
Pese a la gravedad de los hallazgos, los correístas han ignorado o minimizado la investigación de Tomasi.
Mientras Rafael Correa ha desestimado los datos, otros, como el exdirector del INEC, Byron Villacís, han elegido no hacer comentarios.
Diego Vaca Quintana, académico ultracorreísta que cursa un doctorado en Barcelona, no tuvo más remedio que reconocer que sí, en efecto,
«esas muertes por causa indeterminada merecen una explicación».
Y sobre la marcha se inventó una:
«en el Ecuador, los procesos de recolección de datos suelen ser desastrosos y poco profesionales».
La investigación está en desarrollo, pero sus resultados provisionales ya han puesto en evidencia un preocupante patrón de violencia y encubrimiento durante los años del correísmo.
En fin, son 7.379 muertes no explicadas; 10 mil desapariciones al año; una incidencia del tráfico de menores casi 70% por encima de la media regional.