En los últimos años, la promoción del emprendimiento es un tema común a nivel mundial por sus implicaciones en el incremento del empleo y en el crecimiento económico de los países. Y Ecuador es el país con mayor nivel de emprendimientos creados en América Latina, de acuerdo con el Global Entrepreneurship Monitor. Así, en el país los emprendimientos están orientados en su mayoría hacia actividades de comercio, productos y servicios vendidos en el mercado doméstico. Generalmente, se realizan para aprovechar una oportunidad de negocio que permita obtener mayores ingresos, independencia económica y, de esa forma, poder satisfacer las diversas necesidades. ¿Qué se esconde detrás de los EMPRENDIMIENTOS?
Pero, ¿cómo se define a un emprendedor?
El emprendedor o emprendedora es una persona que comienza su propio proyecto empresarial al detectar una oportunidad de negocio, asumiendo riesgos financieros para llevarlo adelante, con el objetivo de obtener beneficios. Hoy en día, algunos emprenden comprando cosas y revendiéndolas en línea, otros producen bienes, ya sea desde elaborar pasteles, prendas o artículos de decoración; por otro lado, también están quienes brindan servicios. Así, para emprender se requiere identificar una oportunidad de negocio y, a través de ésta, la persona denotará su percepción y capacidad para actuar y responder. Para ello se requiere diversos aspectos, como la motivación, habilidades, entre otros.
Entonce, ¿de qué forma se llevan a cabo los emprendimientos?
La capacidad emprendedora de la sociedad, la educación, la apertura del mercado, las normas sociales y culturales, entre otros aspectos, son los que posibilitan la generación de actividades productivas en el país, mientras que las regulaciones en el mercado de trabajo, la burocracia y la corrupción son elementos que entorpecen el dinamismo del sector productivo. Con todo, la política pública, en los últimos diez años, ha sido un elemento importante, fundamental, en el escenario emprendedor ecuatoriano, y se ha enfocado en la construcción de todo un andamiaje que incluye normativa, instituciones y programas para promover el espíritu emprendedor y la consecución de proyectos productivos.
Bajo esa premisa, ¿qué implica emprender?
Los emprendimientos siempre han estado presentes a lo largo de la historia de la humanidad; no obstante, en las últimas décadas este concepto se ha vuelto sumamente importante ante la necesidad de superar los constantes y crecientes problemas económicos. Emprender implica llevar adelante una obra o un negocio; de alguna forma los emprendedores se convierten en sus propios jefes, al no tener que trabajar para enriquecer a otros, sino a sí mismos. Tras la crisis económica, esta forma de hacer negocios se ha convertido en salvadora de muchas personas y familias, puesto que crear proyectos productivos ha permitido que, a su vez, generen sus propios recursos. Según varios autores, el mejor camino para crecer económicamente es emprender, pero, como se desenvuelva el negocio dependerá de la capacidad de quien los dirija, además del estudio adecuado del mercado previamente efectuado.
¿Emprender es importante en la economía?
El emprendimiento resulta importante por sus efectos positivos en la generación de empleos y en el crecimiento económico, por lo que se ha convertido en una característica estructural de las economías latinoamericanas, en parte como respuesta a los altos niveles de desempleo que enfrentan en la actualidad, y ha permitido a mucha gente crear diferentes formas de obtener ingresos. Según la Corporación Andina de Fomento, en América Latina, el 28% de la población económicamente activa es autoempleada, el 54% es asalariada y el 4% es empleadora. Con esta premisa, el emprendimiento tiene un papel clave en el desarrollo del autoempleado, al permitirle independencia creativa, y esto le permitirá desempeñar una mayor cantidad de actividades productivas, por ende generar ganacias.