Qué positivo es darnos cuenta que la pandemia no solo desnudó las debilidades que tenemos como sociedad en cuanto a servicios considerados básicos, elementales, como la salud y la educación, pues, en contraparte, motivó que la inventiva y la decisión tomen partida como recurso válido para que, frente a la adversidad, se pueda salir adelante. Y en este sentido tomó rol protagónico un aparatito utilizado para la diversión, el deporte, la movilidad y el trabajo, convirtiéndose en esencial en tan duros momentos. Qué bien que el “caballito de acero” tenga vía propia.
La necesidad de ciclovías es imperiosa en ciudades modernas, y no solo por ayudar a combatir la contaminación en que se encuentra sumido nuestro “Planeta Azul”, sino como medio alternativo de transporte, a más que nos ayuda, al practicarlo, a hacer ejercicio, lo cual es muy positivo para nuestra salud.
En verdad ha sido muy penoso, a través de nuestras páginas, dar cuenta de accidentes en que se han visto inmersos los amantes del “caballito de acero”, incluso registrando la pérdida de valiosas vidas, y todo por la ausencia de vías para su normal recorrido.
En este sentido, han jugado un papel importante los diversos colectivos que se han organizado para preservar y fomentar su práctica de manera responsable, lo que es muy positivo, véaselo por el lado que se lo quiera hacer.
Asimismo, es positivo el que las autoridades del Ayuntamiento se hagan eco de las necesidades de los habitantes, los que sienten en carne propia su realidad y demandan soluciones a los mismos.
En este sentido, el llamado es a cumplir y hacer cumplir los espacios destinados para tal o cual actividad, a fin de que la sana convivencia se instale por fin en nuestra urbe.