Prostitución masculina: «Cariño a cambio de dinero»

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La prostitución masculina, un tema silenciado, refleja la realidad de hombres que venden su tiempo y compañía a cambio de dinero

Prostitución masculina: "Cariño a cambio de dinero"
Prostitución masculina: «Cariño a cambio de dinero» laprensa.com.ec

En las fuentes antiguas aparecen testimonios explícitos de la existencia de prostitutos quienes prestaban sus servicios tanto a hombres como a mujeres.

La prostitución masculina en el Imperio Romano era legal y los profesionales de este gremio pagaban sus impuestos.

A los 26 años, Diego no soñaba con convertirse en lo que es hoy. Un hombre joven, atrapado entre el deseo de ser alguien más y la dura realidad de la vida, encontró en la prostitución masculina una forma de sobrevivir.

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No fue una elección fácil, pero fue la única opción que quedó.

Una cliente me propuso el trabajo en una de esas noches oscuras, cuando todo parece ir mal, estaba sin dinero, sin trabajo, y la oferta parecía la única salida

Diego de 26 años

Diego, un hombre que parece vivir entre la sombra de la ciudad y la luz de las expectativas, aceptó sin saber lo que le esperaba.

No es el cliente masculino lo que define la prostitución masculina.

En el caso de Diego, su clientela es mayormente femenina, mujeres entre 30 y 45 años, muchas de ellas cansadas de matrimonios vacíos o buscando llenar vacíos emocionales.

Ellas no solo buscan sexo, muchas veces solo quieren alguien con quien hablar. Necesitan una desconexión de la rutina, un lugar donde puedan ser ellas mismas, sin juicio

Las citas de Diego no siempre son como se las imagina la gente.

No todas vienen a buscar algo físico. Algunas quieren compañía, otras simplemente estar acompañadas mientras pasan por sus problemas, eso puede ser más difícil de manejar que cualquier cosa

dice con seriedad

Y es que el trabajo de Diego es más que un intercambio físico: es un espacio emocional, cargado de historias no contadas.

Dinero, riesgos y soledad

El dinero que gana por sus servicios, que va desde 200 hasta 500 dólares por una cita, le ha permitido sobrevivir, pero no sin costos.

Al principio, parecía fácil: ganaba dinero rápido. Pero con el tiempo, las noches se convirtieron en largas horas de vacío, de conversaciones repetidas

El mayor precio de todo esto, sin embargo, no es el físico ni el emocional.

Es el precio de la ocultación, Diego debe vivir en las sombras, ocultando su verdadera vida incluso a su familia y amigos.

Nunca les dije lo que hago, no quiero que me vean de esa forma. Y aunque sé que podría salir de esto algún día, ahora mismo es lo único que sé hacer.

La dualidad de su vida, entre lo que muestra al mundo y lo que realmente vive, es un peso que carga cada día.

¿Entonces, por qué lo sigue haciendo? La respuesta es compleja y llena de contradicciones.

No es fácil salir de esto, pero tampoco lo es vivir como vivía antes.

Al final, el dinero y la independencia son lo que me han mantenido aquí.

Lo cierto es que la prostitución masculina sigue siendo un tema escasamente abordado en la sociedad, y sus historias permanecen silenciadas en un mundo que prefiere ignorarlas.

La historia de Diego, sin embargo, es un recordatorio de que, detrás de cada elección, hay seres humanos con historias complejas, contradicciones y sueños rotos.

Buena Suerte es una película que explora las complicaciones emocionales y sociales de un hombre que, como Diego, se ve atrapado entre la prostitución.

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