Johana, ciudadana con discapacidad, la relegaron de sus funciones sin argumentos.
La vida a menudo supera la ficción, y un ejemplo de ello es la historia de Johana, una agente civil de Tránsito que se unió a la Dirección de Movilidad, Tránsito y Transporte del GAD de Riobamba desde una edad temprana. Un día, mientras cumplía sus responsabilidades laborales, sufrió un impactante incidente: la atropellaron y, como resultado de este trágico accidente, Johana pasó 90 largos días en cuidados intensivos. En este tiempo luchó contra un trauma encefálico, la pérdida del movimiento del brazo derecho, la destrezas del lenguaje y una fractura de su pierna derecha en siete partes que, finalmente, requirió la amputación de cuatro centímetros.
Después de esta desgarradora experiencia, Johana regresó a Movilidad con el 50% de discapacidad física y en una silla de ruedas, por lo que las autoridades de la anterior gestión le brindaron el apoyo necesario y le asignaron tareas administrativas.
Durante ese período, la mujer, con nombramiento oficial, desempeñaba una amplia gama de responsabilidades, como: la entrega de libretines y hojas de ingreso a los 183 agentes civiles de Tránsito, la elaboración de informes respecto a las infracciones del cantón, y el registro de delitos culposos cometidos dentro de la jurisdicción de Riobamba, entre muchas otras tareas.
Johana destacaba en estas labores y las autoridades reconocieron su desempeño, quienes le otorgaron varias distinciones en reconocimiento a su dedicación.
Lamentablemente, la situación dio un giro de 180 grados cuando Cristian Gavilanes llegó a la Dirección de Movilidad. Y según cuenta Johana, Gavilanes de una manera poco solidaria, le quitó las responsabilidades. Fue designada a un lugar junto a la puerta del Salón ‘Pedro Vicente Maldonado’, sin funciones establecidas “solo como un apoyo”.
A saber
La estocada final sucedió a las 16:59 h, cuando Johana recibió un impactante pedido: “entrégueme las llaves de su casillero y la contraseña de su computadora”. Estas palabras le arrebataron mucho más que su tranquilidad, ya que a partir de ese instante, la joven comenzó a sufrir convulsiones, daños psicológicos y otras reacciones devastadoras, ya que con la desvinculación de sus funciones Johana sintió que le vulneraron y afectaron en su dignidad, haciéndola sentir que su valía personal se evaporaba.
Frente a ello, el concejal Carlos Aulla manifestó que la Comisión de Igualdad de Género y de Fiscalización recibirán al abogado de Johana y al director de Movilidad, quien deberá dar explicaciones por lo sucedido.
“Me han hecho sentir que no valgo”
“Soy un ser humano y me están consumiendo; una vez casi pierdo la vida en las calles y ahora en un puesto de oficina”, afirmó Johana entre lagrimas, ya que a raíz del accidente su situación de salud se volvió bastante complicada y las continuas “injusticias” le han causado varios escenarios de sufrimiento físico y psicológico, como cuatro convulsiones, ansiedad, depresión, entre otros escenarios que, con valentía, esta madre y esposa ha decidido enfrentar, solicitando al director de Gestión del Talento Humano y Desarrollo Institucional se active de inmediato el protocolo de riesgos psicosocial, debido al “acoso, la discriminación y el abuso del poder con el que esta administración me ha hecho sentir inútil, fracasada, que no sirvo para nada, pues, todos mis compañeros tienen funciones asignadas, excepto yo”, dijo la mujer, aún temblorosa, por la indignación que le produce esta cadena de sucesos.