No está permitido ni la tenencia ni el portar armas en el país, pero ante la ola delictiva que existe se debería hacer un estudio necesario a las personas que necesiten portar armas, dijo Luis Aníbal Peñafiel, directivo de una empresa de seguridad de la ciudad. Portar un arma exige mucha responsabilidad.
¿Considera que los ecuatorianos deben portar armas para defenderse en caso de producirse un asalto o robo?
Dentro de la ley está bien establecido. No está permitido ni la tenencia ni el portar armas pero dentro de esta era delincuencial en la que estamos viviendo en el país, partiríamos desde un estudio necesario a las personas que vayan a requerir el permiso para tener un arma. Claro que tenemos que diferenciar, una cosa es la tenencia de armas y otra el portar un arma. La tenencia nos faculta tener un arma en la casa o un local comercial, eso nos va a permitir con qué defendernos ante una ola delictiva.
¿Cree que el arma sería una ayuda para defenderse de los delincuentes?
Entraríamos en un contraste, si la persona no le va a dar el uso adecuado y no tiene los conocimientos para portar un arma es “una arma de doble filo”, porque a lo mejor vamos a utilizar de mala manera, por lo tanto debe existir un buen nivel de conocimientos y preparación para la gente que vaya a portar un arma. El portar un arma letal exige de mucha responsabilidad.
¿Qué hacen las empresas de seguridad para confiar un arma a la persona que labora en la vigilancia de las entidades del sector privado?
Las empresas de seguridad primero capacitamos al personal, hacemos una evaluación y test psicológicos para saber el estado de las personas que van a estar portando un arma.
¿Será que a la sociedad le falta estar al tanto de lo que significa portar un arma libremente?
Sí. Nos falta muchísimo, si tomamos en cuenta que en Estados Unidos donde se permite la tenencia y el portar armas, se ha visto una serie de accidentes y muertes, y esto sucede justamente porque todos tienen acceso a comprar y a portar armas de grueso calibre. Con esto no quiero decir que como sociedad no estemos preparados para poder realizar este tipo de cosas, pero sí nos falta, lo primero que nos hace falta es educarnos para poder manejar adecuadamente un arma.
¿Tener un arma sería entonces un peligro para las personas?
Es un peligro, porque si no le vamos a dar el uso correspondiente, en un momento de desesperación, una persona actúa y utiliza el arma sin tener una premeditación, porque las leyes no le amparan. Lo que hacen las leyes es juzgar en base a un delito o infracción que cometa al utilizar un arma letal, y si llega a fallecer la persona a quien disparó, se torna en una situación muy complicada y tendría que enfrentar situaciones legales.
¿Qué pasa con la Policía en cuanto a la utilización de las armas?
Los miembros de la Policía Nacional como servidores públicos están limitados, siempre hemos dicho que para el delincuente existen los derechos humanos, pero la persona que está cumpliendo con su trabajo y que está haciendo cumplir las leyes está desprotegido, y ese es el grave inconveniente de nuestra sociedad, deberíamos partir del reformar las leyes, en hacer una ley que faculte y permita, obviamente, a las entidades de control, en este caso de la Policía Nacional, para que pueda ejercer su trabajo de manera adecuada, y si es el caso de que la ciudadanía llegue a portar un arma creo que primero deberíamos hacer conciencia y también tener una adecuada educación para enfrentar la situación.
¿Qué mensaje daría a la ciudadanía para cuidase de la delincuencia?
Hay muchos aspectos que se deberían tomar en cuenta. Se ha escuchado muchas veces los consejos que dan personas que están inmersas dentro del área de la seguridad, la misma Policía Nacional que da algunos tips, mediante los cuales indica que se debe tener un poco de prevención, saber darse cuenta de quienes merodean su casa, personas extrañas que van a vigilar los pasos, darse cuenta la presencia de vehículos desconocidos que recorren por el lugar, se tiene que saber identificar a las personas que le siguen al salir de su trabajo, es fácil observar a personas extrañas, porque el delincuente estudia a la víctima para actuar.
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