Paralizar la educación es una gran irresponsabilidad, más aún cuando venimos de una pandemia, levantamientos, inseguridad y apagones
Paralizar la educación es una gran irresponsabilidad, enfatizó el principal de la Unión Nacional de Educadores de Chimborazo.
Lo último que se debe cerrar en una emergencia son las escuelas, es el pensamiento del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y de la Organización Mundial de la Salud.
Pero en el país no se respeta, y ello pese que hemos afrontado 2 años de pandemia, levantamientos indígenas, violencia y hasta cortes de luz, lo que paraliza al sistema educativo.
Ante ello, Vicente Parreño, presidente de la Unión Nacional de Educadores de Chimborazo, expresó su por demás evidente malestar.
“Una vez más nos hemos dado cuenta que para este y los diferentes gobiernos la educación, realmente, no les interesa”, inició.
¿Por qué? Porque creen que es algo muy sencillo el educar, el plasmar el proceso educativo y formar a las nuevas generaciones.
Se lamentó que, de vez en vez, suspenden las clases y la disponen virtualmente, sabiendo que no todos tienen la posibilidad de acceder al sistema.
“El maestro, pese a sus limitaciones, tiene que buscar su computadora, internet, hace lo que está a su alcance, pero eso no basta, se limita el proceso de enseñanza”, refirió.
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Paralizar la educación es una gran irresponsabilidad
Asimismo, el líder del magisterio ‘azul y rojo’ enfatizó que el feriado por la carencia de luz es una muy grave irresponsabilidad del Gobierno.
La carencia de luz tenía que preverse, eso es su responsabilidad como administradores del Estado, puntualizó.
“Quiero poner de manifiesto que no son solo 2 días que suspenden clases a nivel nacional, súmele el 21 de abril, que es lunes, y el viernes por el 1 de mayo, son 4 días”, se lamentó.
Por tal razón, los estudiantes no podrán tener clases presenciales 4 días, algo que complica el rendimiento académico de los niños y adolescentes, y atenta contra su futuro.
“Y más aún cuando estamos a vísperas de terminar un año lectivo, cuando tenemos que ir llenando algunos vacíos, lagunas, lo que genera una verdadera preocupación”.
Parreño subrayó que el proceso educativo acusa un retroceso de más de 10 años, por un sinnúmero de dificultades, más las carencias evidentes, y eso es muy preocupante.
¿Carencias? Los textos escolares no han llegado a tiempo, hay uno para 3 estudiantes, el mismo desayuno escolar ya viene recibiéndose más de 10 años, entre otros.
“La ciudadanía debe saber que el formar no es responsabilidad únicamente del maestro, sino de quienes administran la educación, en este caso del Ministerio del ramo”.
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“Los gobiernos deben priorizar el apoyo a las escuelas”
En Ecuador, los pasados jueves y viernes, 4,5 millones de niños y adolescentes no acudieron a clases por decisión gubernamental ante los apagones que se registran.
Y ello debe adicionarse a la crisis de inseguridad que afrontó el país los primeros días de enero, lo que aumenta el número de ausencias.
Parreño agregó que la Unicef también manifiesta que hay un retroceso en el área de matemáticas, lo que agravaría la problemática, al ser una materia elemental.
“La educación ecuatoriana ha venido arrastrando diferentes problemas de años atrás, y la evaluación es muy baja”, afirma.
Y ello lo apunta a una falta de verdadera atención del Gobierno en infraestructura, capacitación docente, dotación de textos y de alimentación.
“En Chimborazo no se ha creado una sola aula, se sigue manteniendo los que son las unidades educativas, que no son necesarias en la ciudad de Riobamba”, denuncia.
¿Qué hacer? Se debe recuperar algunas instituciones que han sido emblemáticas, como la Escuela ‘Simón Bolívar’, la ‘5 de Junio’, la 11 de Noviembre’, la ‘Juan de Velasco’.
¿Cómo? Deben mantener autonomía para que, inclusive, todos trabajen en una sola jornada, la matutina, porque la tarde nos trae un sinnúmero de dificultades.
¿Dificultades? Sí, alcoholismo, drogadicción, delincuencia, embarazos prematuros; entonces, realmente, se debe hacer una verdadera planificación y cambios estructurales en el sistema educativo.
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¿Cómo repercutirán estos vacíos? Lógicamente, el futuro es el problema, y más aún cuando las señoritas y señores van a tratar de ingresar a la universidad.
Para el titular de la UNE-Ch el dilema crece en los padres de familia, que dicen ¿ahora qué hago?, ¿cómo pueden ingresar mis hijos?
¿Una alternativa? “Ingresarlos a un curso de capacitación, pero eso les cuesta 500-600 dólares, y creo que no todos estamos en esa capacidad de pagar por una recuperación”.
“Esperamos que este Gobierno cumpla con su palabra de un libre ingreso a la universidad, pero, como nunca ha cumplido, no hay que hacerse ilusiones”.
Por ello pidió a sus compañeros maestros que se sacrifiquen y den un 200% en favor de los educandos, a fin de que su futuro no se trunque por inoperancia gubernamental.
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