Organizaciones y Movimientos políticos Riobamba: El director o dueño del movimiento local es quien dirige, y nadie más interviene, en cambio en las organizaciones nacionales intervienen otras personas de Quito y Guayaquil, donde está concentrado el poder de la organización política, dijo Javier Chiliquinga, al comentar que la reforma al Código de la Democracia está contemplado para que las organizaciones que no cumplen vayan desapareciendo ipso facto.
¿Qué nos puede comentar sobre el elevado número de organizaciones políticas que participaron en el proceso electoral del siete de febrero de 2021?
Para la democracia es malo, es el mecanismo populista que tuvo el Gobierno de Rafael Correa durante los 10 años; el 2013 cambió el método de asignación de escaños al método de D’Hondt que premia a las mayorías, pueden haber 50 partidos compitiendo, pero si solo hay dos y tres que son fuertes, son los únicos que son importantes para la democracia; según este método, el resto tendrá que conformarse con su participación. Todo fue producto de la reforma del Código de la Democracia, que generó todas las facilidades para la creación de partidos y movimientos políticos, porque con el 1.5 por ciento del padrón de Chimborazo se puede crear una organización política.
¿Cuál es la ventaja para quienes crean las organizaciones políticas?
El creador de cada movimiento o partido local se convierte en el director y dueño de la organización y nadie más compite con él; en cambio, cuando es parte de un partido fuerte a nivel nacional entra en disputa con los poderes que tienen en Quito y en Guayaquil, y eso se define en el que tienen más dinero o el que tenga más dinero para imponer; entonces, para satisfacer el ego de los políticos locales se crea esta disposición, para que hayan partidos muy pequeños, incluso solo para los cantones, y es una oportunidad que se les da a los políticos locales para que puedan crear su partido, pero no termina incidiendo, que es lo que está pasando al momento.
En el espacio sociopolítico, con un conjunto de profesionales de similar profesión, hemos visto que la fuerza de los partidos nacionales o de los candidatos nacionales, como Andrés Arauz, Yaku Pérez, Xavier Hervas, Guillermo Lasso y el debilitado partido Social Cristiano, pusieron el ritmo de la política nacional en todas las provincias, ellos son los que ganan, y ellos son los que ponen los asambleístas en el Poder Legislativo.
¿Qué ha sucedido en la provincia de Chimborazo?
Sorprendente, en la provincia de Chimborazo, que es anticorreísta, pero la importancia de tener el techo presidencial hace que Patricia Núñez, que no tenía ninguna posibilidad fuera de ese partido, ahora tenga un escañopor la alianza Unión por la Esperanza (Unes).
¿Con el cambio de los métodos cambia la situación en los partidos?
En 2013 se cambió al método de D’Hondt y se aplicó en 2017, luego viene la versión “leninista” de la “Revolución Ciudadana” y cambian el método de D’Hondt por el método del Webster, pero igual ponen candado para ir cerrando, y la perspectiva de la política nacional es que las organizaciones políticas pequeñas ya no existan y pusieron como requisitos que tengan el 3% de la votación en dos elecciones consecutivas.
Por ejemplo, en Chimborazo el movimiento Concertación y su candidato local tienen un 1%, y la ley está hecha para que, a partir de 2017 las organizaciones pequeñas se vayan cerrando. Nos damos cuenta que el techo nacional importa más que los poderes locales y la ley está tendiente a que se cierren estas organizaciones precisamente porque es un desperdicio de recursos y de los fondos que son públicos.
¿El Estado les financia la campaña a los grandes y pequeños partidos en igual porcentaje?
Por cada organización el Estado asigna más o menos 8.000 dólares por la difusión en los medios de comunicación, si multiplicamos 8 por 22 tenemos 176.000 dólares, que es un gasto innecesario; si son 3 o 4 organizaciones son importantes, el resto es un desperdicio total, los ciudadanos estamos pagando las candidaturas de las damas y caballeros que desean intervenir en la contienda electoral, y esto es lo que tenemos que cambiar.
¿Se debe considerar que el Estado y no entregue recursos a los entes políticos vigentes?
Estoy de acuerdo que el Estado financie a los partidos, pero no en la magnitud que lo viene haciendo en la actualidad. Si el financiamiento fuera solo privado corremos el riesgo de que sectores obscuros entren en la política