Joven nutricionista pasó la mitad de su vida en un hospital, ahora ayuda a los paciente que reciben diálisis.

La nutricionista Carolina Zúñiga pasó como paciente la mitad de su vida en un hospital, pero nunca dejó de estudiar.
Carolina Zúñiga, tiene una gran valentía y con una sonrisa a flor de labios atiende al público con la mayor amabilidad, jamás se da por vencida.
Ni siquiera la enfermedad le ha impedido cumplir con su sueño de adquirir el título de Nutricionista en la carrera de Nutrición y Dietética de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo.
Desde los 14 años, la mitad de su vida ha pasado entre las aulas para formarse y las salas de los hospitales para curarse de sus enfermedades.
Muy valiente y decidida labora diariamente en su emprendimiento instalado en la vía a Penipe, en este lugar tiene una heladería y se llama “Paradero Blanquita” al que acuden muchos clientes.
Joven nutricionista cuenta con un emprendimiento en al vía a Penipe
El nombre del emprendimiento es en honor a su abuelita Blanca Vizuete porque se crió con ella y su abuelito que lleva el nombre de Gonzalo Moyón.
Uno de los valores es tratar a las personas con respeto, consideración, siempre está dispuesta a resolver los problemas de los demás.
La profesión de nutricionista lo aplica a través del asesoramiento que brinda a 15 compañeros del grupo que recibe diálisis en la Clínica de los Riñones Menydial.
También está dispuesta ayudar a las personas que padecen la enfermedad renal crónica debido a que los riñones dejaron de funcionar y necesitan de diálisis para sobrevivir cumpliendo las labores de manera normal.
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Tumor hizo que la mitad de su vida la pase en un hospital
Carolina menciona que mientras estudiaba nadie se daba cuenta que estaba enferma por iba a clases normalmente y también participaba de las actividades sociales que organizaban los compañeros de aula.
Ahora, su sueño es estudiar una maestría para lo cual está analizando donde y como puede concretar su aspiración.
Carolina, estuvo acompañada de su madre Sonia Moyón, en el evento que organizó la clínica de los Riñones Menydial a donde también ella acude.
Actualmente tiene 28 años y recuerda que a los 15 años le detectaron un tumor en el páncreas y tuvieron que intervenir quirúrgicamente y en la misma operación le sacaron el páncreas, la vesícula, el bazo, el duodeno y la apéndice.
En los últimos 13 años de su vida ha terminado el colegio, ingresó a la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo y está graduada desde el 2022, luego de realizar su internado rotativo en el Hospital Andrade Marín en Quito.
Su vida ha pasado en el Hospital pero también en las aulas de la Espoch donde alcanzó su título de tercer nivel.
Carolina con su experiencia de vida y los problemas que ha tenido que enfrentar en su salud, emite un mensaje a los jóvenes precisando que luchen por sus sueños, porque si propone una cosa debe luchar hasta alcanzar lo que se propone.
Recuerda que en el preuniversitario tenía un profesor que no entendía la enfermedad que padecía, durante una semana tuvo que internarse en el hospital y al regresar el docente no quiso saber nada.
No justificaba la inasistencia, tampoco recibía los deberes ni tomaba los exámenes, pero no se dio por vencida y luchó para superar el inconveniente, es una mujer que no se da por vencida.
En cuanto a la alimentación para los pacientes con la enfermedad renal crónica que deben someterse a la diálisis, Carolina recomienda consumir alimentos naturales.
Porque los procesados tienen muchos conservantes, sodio, potasio y fósforo que afecta al organismo, y como los riñones ya no funcionan es difícil expulsar los minerales.