La niña Samantha de 13 años, luego de una cirugía de escoliosis quedó cuadripléjica por una aparente mala práctica médica, su madre denuncia.
Una operación de escoliosis, que prometía mejorar la calidad de vida de la niña Samantha Loachamín, de 13 años, terminó en una pesadilla irreversible.
Su madre, Estefanía Oña, denuncia que la intervención estuvo plagada de negligencias que hoy tienen a su hija inmóvil y con una vida destrozada.
La escoliosis avanzaba y los pulmones de Samantha comenzaban a resentirse. Los médicos recomendaron una cirugía como la mejor solución para evitar mayores complicaciones.
Sin embargo, la falta de insumos en el Hospital Baca Ortiz obligó a la familia a trasladarse a una clínica privada, donde se llevó a cabo la intervención el 15 de marzo.
Lo que debía ser una operación de bajo riesgo se convirtió en una serie de eventos desafortunados.
Supuestamente todo había salido bien, pero al día siguiente el doctor estaba nervioso. Nos dijo que hubo un ‘imprevisto’, que en lugar de corregir el 85% de la columna, había rectificado el 95%.
Estefanía Oña, madre
El impacto fue devastador, una tomografía reveló que los tornillos no estaban ubicados correctamente y que la médula espinal había sido afectada en un 25%.
Un error que costó una vida en movimiento
Lo que vino después fue una segunda operación de emergencia para retirar las placas y barras de titanio, pero el daño ya estaba hecho. Samantha comenzó a perder signos vitales y estuvo al borde de un paro respiratorio.
Su madre, desesperada, decidió trasladarla a un hospital con UCI pediátrica de tercer nivel. Los pronósticos eran desalentadores.
El doctor que la recibió me dijo que tenía solo un 1% de probabilidad de vivir. Uno de los tornillos estaba cerca de la vena aorta.
Estefanía Oña, madre
A pesar de las intervenciones, Samantha entró en coma y, al despertar, los médicos confirmaron lo peor, no podría mover ninguna extremidad. Ahora depende de una traqueostomía para respirar y de cuidados permanentes.
Pasamos de una habitación llena de sueños y peluches a una fría cama de hospital. Este doctor destruyó su infancia, su futuro. Y hoy dice que no hizo nada.
Estefanía Oña, madre.
Buscan justicia para la Niña quedó cuadripléjica luego de presunta mala práctica médica
En un giro indignante, el médico que operó a Samantha denunció a la madre por «intimidación» tras sus constantes pedidos de explicaciones. Oña se enfrenta ahora a una batalla legal en la que exige que se esclarezcan los hechos.
El panorama legal es complejo. Aunque el Código Orgánico Integral Penal establece penas de 5 a 7 años por lesiones graves, una cláusula específica sobre mala práctica médica podría reducir la sanción a apenas 2 años y 4 meses.
La indignación de la familia va más allá de su propio caso. Descubrieron que el mismo médico sigue operando en el Hospital Baca Ortiz y que su clínica pertenece a un grupo médico familiar.
Gracias a las denuncias, logramos evitar que dos niños más fueran víctimas de lo mismo.
Estefanía Oña, madre
El caso de Samantha no es un hecho aislado, sino un reflejo de un sistema de salud que, entre carencias e impunidad, deja en manos de las familias la lucha por justicia.
Este miércoles 12 de marzo, la audiencia de formulación de cargos será el primer paso para conocer si la justicia ecuatoriana estará del lado de la verdad o del olvido.
Fuente: Metro.
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