Luis Andrade cumplió 71 años de edad y la mayor parte de su vida de artesano, 53 años, lo ha dedicado a su local situado en la calle Carabobo entre 10 de Agosto y Guayaquil. Mochilas hechas a mano de los años 70.
Recuerda que con el cambio del sucre al dólar la artesanía se fue al piso y casi no ha logrado levantar, porque la gente no adquiere sus productos, precisa que hora ya no produce las maletas sino que está vendiendo lo que elaboró hace años,
Recuerdo. Don Luis, mientras nos cuenta su historia, elevó su mirada a la pared de unos tres metros de alto y señaló que ahí están colgados los carriles que utilizaban los niños cuando iban a la escuela hace 45 o 50 años, cuando la enseñanza era de muy buena calidad y los útiles no pasaban de un cuaderno de dos líneas, un cuaderno de una línea, un cuaderno a cuadros y el libro de lectura, y también mostró un carril más pequeño que era para los niños del jardín de infantes.
Cambios. Con el tiempo todo ha cambiado, el artesano advirtió que ya no es lo mismo porque se vende muy poco.
En las vitrinas están las artesanías elaboradas con tagua, la ventaja, es que es un producto que permanece intacto con el tiempo y en este sitio se puede encontrar maletas de todos los tamaños para emprender los viajes. “Los tengo como reliquias, la gente que conoce lo bueno que era el material, me va comprando”, dijo don Luis, quien mantiene el negocio a pesar de las pocas utilidades que reporta en la actualidad,
Época. “Los mejores tiempos para la artesanía era a finales del siglo anterior, pero todo cambió con la dolarización”, enfatizó el artesano, quien confeccionaba las maletas para los viajes, tallaba en madera y en tagua hermosos artículos.ƍ
Recuerda que los productos se vendía muy bien, ahora solo quedan los buenos recuerdos de aquellos tiempos que no volverán.
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