Madre de niño atropellado vuelve a sonreír tras su recuperación

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La madre del niño atropellado Anderson Morocho Olmedo vuelve a sonreír tras su recuperación. Agradece a Dios y no guarda rencor al causante

La madre del niño atropellado Anderson Morocho Olmedo vuelve a sonreír tras su recuperación. Agradece a Dios y no guarda rencor al causante
Madre de niño atropellado vuelve a sonreír tras su recuperación.http://laprensa.com.ec

Madre de un niño atropellado vuelve a sonreír tras su recuperación.

¡Le amo tanto mamita!

Anderson Morocho, estudiante cisnerino de 11 años de edad

Con esta frase inicié una crónica que, lejos de ser una nota más, se erigió en una causa que unió a un pueblo en torno a la solidaridad y a la fe, a más que trascendió fronteras y despertó nobles sentimientos.

No conocía en persona a Rebeca Olmedo, solo tenía referencia que era la madre de Anderson Morocho y, aunque traté muchas veces de contactarla, se me hizo imposible.

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Y no era para menos, pues, como buena madre, no se despegó de su amado hijo desde un fatídico lunes 13 de enero de 2025, día en que la tragedia visitó su hogar.

Pero, como dicen los mayores, ‘Dios sabe porque hace las cosas’, debimos encontrarnos en condiciones agradables, de alegría y agradecimiento.

Niño atropellado ya está en casa

La secuencia del trágico accidente del 13 de enero de 2025
La secuencia del trágico accidente del 13 de enero de 2025.http://laprensa.com.ec

Una ‘buena nueva’ era ‘el pretexto’, y ello me hizo feliz, pues, fue en torno a la milagrosa recuperación de su amado hijo, tras un trágico accidente que lo confinó a hospitalizarse.

Fueron 12 días de angustia suprema, en los que lo peor era lo único que se imaginaban quienes conocían el caso a través nuestros canales informativos.

Como recordaremos, el niño salió a comprar una golosina en la tienda de la esquina, sin imaginar que un conductor en estado etílico lo atropellaría en la vereda

No lo supo, pero salí atrás de él, y cuando lo vi en el piso, como fui en el carro, amarqué a mi hijo y los vecinos me decían: ‘¡No, no le mueva!?,  pero él me decía: ‘Mami, me duele’, y le rogué a un vecino que condujera y me lleve a una clínica, y accedió

Rebeca Olmedo, madre de Anderson Morocho

Desde ese momento Rebeca vio la mano de Dios, pues, puso personas justo en los momentos que más lo necesitaba.

Arribaron a la clínica, allí pensaron que solo era un golpe, y pidieron a la mujer que se tranquilice, lo que más la desesperó.

Le hicieron una tomografía y me dijeron que por si acaso le van a operar; es más, dijeron que el doctor aún no llegaba, pero la operación era urgente

Rebeca Olmedo, madre de Anderson Morocho

La angustia se apoderó de la madre, “La espera en Dios”, como dice esta devota mujer.

Rebeca pertenece a la Iglesia de Cristo, ubicada entre la Av. Gonzalo Dávalos y Uruguay, y varios de sus hermanos de fe, tras enterarse, presurosos, llegaron a confortarla y a orar.

Terminada la operación me dijeron: ‘Señora, los cuidados para su hijo no hay, tiene que ser trasladado, solo en la ciudad de Quito hay'»

Rebeca Olmedo, madre de Anderson Morocho

Le dijeron que necesitaba mucho dinero, pero, Rebeca no pensó en ello, solo quería salvar a su hijo. Los ayudaron y trasladaron al siguiente día al Hospital ‘Baca Ortiz’.

Pagué una fuerte cantidad de dinero, aquí, para retirarle a mi hijo de la clínica. Igual la ambulancia me cobró aparte 1.000 dólares. Y yo tenía que hacer eso. Y gracias a Dios lo hice con el apoyo de todos. Y nada, me fui a Quito. Llegamos el martes a la 13:00 h. A mi hijo le volvieron a entubar. Y, supuestamente, era solo una recuperación, pero, no. A las 17:00 h me dicen: ‘Mamá, el pequeño tiene otra vez el hematoma’. Llevamos, la tomografía de Riobamba. ‘¡Mamá, su hijo tiene el sangrado!’

Rebeca Olmedo, madre de Anderson Morocho

Anderson fue trasladado a Quito

Don David Olmedo y doña María Criollo, abuelitos de Anderson, junto a Rebeca Olmedo, la valerosa madre
Don David Olmedo y doña María Criollo, abuelitos de Anderson, junto a Rebeca Olmedo, la valerosa madre.http://laprensa.com.ec

La destruida madre no sabía qué hacer, ni dónde dormir; pero, gracias a Dios, un albergue del hospital la acogió.

Dios me hizo ver muchas cosas. Cada paso que daba en el hospital era un mensaje

Rebeca Olmedo, madre de Anderson Morocho

No importó la hora, a la que sea le pedían 1 pinta de sangre, y a comprar.

Pero, nada era esperanzador, al contrario, la situación se complicaba.

Un día, a las 08:00 h, la neurocirujana sale de Terapia Intensiva y me dice: ‘Mamá, su hijo está muy grave. Hay que realizarle una cirugía de urgencia. No voy a decirle que en Riobamba hicieron mal, sino que otra vez se formó el coágulo de sangre. Y hay que operarle de emergencia, pero, lastimosamente, no hay quirófano

Rebeca Olmedo, madre de Anderson Morocho

La impotencia y el llanto crecían, hasta que una señora se le acercó, la abrazó y le pidió que se encomiende a Dios. Rebeca suplicó, lloró, se arrodilló, pero, nada variaba…

Hasta que alguien gritó: ‘¡Un familiar de Morocho’, dije ¡Yo!, y el guardia me dice: ‘¡Mamá, súbase por esas gradas y váyase al quirófano’. Llegué y estaba la señora que le iba a anestesiar. Me vio llorando y dice: ‘¡Mamá, no hay posibilidades que su hijo se salga, pero, nosotros, como doctores, mientras tenga vida vida, haremos hasta donde podamos. Denos su firma, aunque el guagua, 2 operaciones seguidas no creo que resista. Y me hicieron firmar, firmé. Y ahí me puse a llorar y a clamar a Dios

Rebeca Olmedo, madre de Anderson Morocho

Empieza la recuperación

Intersección de las calles Costa Rica y Nicaragua, donde ocurrió el accidente
Intersección de las calles Costa Rica y Nicaragua, donde ocurrió el accidente.http://laprensa.com.ec

La familia jugó un papel preponderante, su hermana Albita le daba fuerzas, al igual que su amado esposo y el resto de la familia.

No sé, de la nada, dije: ‘¡Dios, te entrego a mi hijo, que sea lo mejor. Y orando me vino una paz. Pasó una hora y media, me llamaron otra vez por otra pinta de sangre. Pasaron 3 horas y la neurocirujana me dijo: ‘¡Venga mamita, la operación salió un éxito, su hijo resistió. Ahora vamos a ver cómo él evoluciona. Va a estar 5 días en Cuidados Intensivos y de ahí, sí, depende de la fuerza del niño

Rebeca Olmedo, madre de Anderson Morocho

Ni importaba la comida ni el sueño, ni tan solo ver a Anderson 20 minutos al día, solo la oración la aferraba al milagro.

Pero, el galeno le recordaba que el pronóstico era reservado, y había que esperar.

Su hijo está conectado a unas máquinas, no puedo decirle que él está bien, no

Rebeca Olmedo, madre de Anderson Morocho

Hasta que un viernes me dice:

‘¡Mamá, hay una señal, el niño se movió!’. ‘El sábado igual, el niño se mueve mucho. Mejor toca dormirle más, porque él creo que quiere reaccionar’

Rebeca Olmedo, madre de Anderson Morocho

Dios escuchó sus plegarias, el domingo el valeroso guerrero solo estaba conectado al oxígeno.

Si su hijo respira por sí solo sale de Terapia Intensiva, si no, le volvemos a entubar 5 días. Pero sabía que Dios estaba con él. El lunes me llaman por teléfono y me dicen: ‘¡Señora, venga, su hijo ya está desentubado, va a pasar a la sala de recuperación. A las 11:00 h entré y vi a mi hijo ya despertándose, solo botaba una babita y medio abría los ojitos

El lunes Anderson ya tomó agüita, abría la boquita, y le preguntaban si vomitó, pero, nada, más bien empezó a comer.

El doctor me dijo: ‘Haga un vídeollamada a ver si le reconoce al papá, y de una le dijo: ¡Papá!, moviendo los labios

Rebeca Olmedo, madre de Anderson Morocho

Nadie podía creerlo.

Hasta los doctores se asombraron de lo que mi hijo hizo. El guagua degluta bien, come bien, le decían; movía las piernitas, se incomodaba, se iba despertando, no quería estar con las sondas. ‘¡Mamita, llévame, mamita, llévame!’, decía

Rebeca Olmedo, madre de Anderson Morocho

La madre vuelve a sonreír

El valiente Anderson con su querida tía Albita y su mamita Rebeca, en su hogar
El valiente Anderson con su querida tía Albita y su mamita Rebeca, en su hogar.http://laprensa.com.ec

Y llegó la esperada noticia del neurocirujano:

‘¡Señora, es un milagro que su hijo esté bien’. El jueves le dio el alta al neurólogo. El martes le fue a ver la fisioterapista, la de nutrición, y decían que el niño orinaba bien, hacía sus necesidades bien y tal

Rebeca Olmedo, madre de Anderson Morocho

La madre no daba para más…

¡Padre mío, ya no avanzó a estar aquí, ayúdame porque yo ya no puedo!

Rebeca Olmedo, madre de Anderson Morocho

Pero el desgaste le empezó a pasar factura a Rebeca, pues, estar mucho de pie, sin dormir ni comer la obligó a arrodillarse e implorar.

Y el viernes 24 de enero la vida le volvió el alma al cuerpo, a las 13:00 h salieron del hospital, y a las 19:30 h llegaron a casa, en Riobamba, donde la familia y amigos los esperaban

¡Volví a ser feliz! ¡Mi Dios me bendijo y me devolvió a mi amado hijo, y eso nunca tendré cómo pagarle!

Rebeca Olmedo, madre de Anderson Morocho

Por ello quiere expresar su gratitud:

Quiero agradecer públicamente a todos por el apoyo moral, de oración y económico, pues, eso hizo que mi Anderson esté de regreso. Dios les pague, Dios les bendiga. Siempre estaré en constante agradecimiento y oraciones para todos

Rebeca Olmedo, madre de Anderson Morocho

Y es que Anderson no es una estadística más, es una causa común que hermanó a un pueblo disperso que se unió en torno a la oración, y ese fue un segundo milagro.

Ahora Rebeca tan solo pide que opere la Justicia, pues, no se puede conducir en estado etílico y causar tanto dolor y seguir impune.

No le guardo rencor al señor, igual le digo Dios le bendiga, pero, debe concientizarse, cambiar su vida

Rebeca Olmedo, madre de Anderson Morocho

Mi corazón acabó la entrevista, pero, mi frío inquietud periodística me obligó a preguntar 1 más, no sin antes pedirle disculpas:

¿Qué sintió cómo madre al verlo en el piso?

Me mira fijamente, intenta hilvanar una respuesta, pero, mares de lágrimas se lo impiden. Tomo su hombro y mi corazón me hace pedirle perdón. La mujer esboza una linda sonrisa y responde:

¡Diosito es bueno y siempre gana!

Rebeca Olmedo, madre de Anderson Morocho

Y yo lo sé, yo le creo.

Ahora, Anderson debe continuar su recuperación y viajar periódicamente a Quito donde el neurólogo, en febrero tiene otra tomografía y con el neurocirujano, y así.

¡Es un milagro, come, juega con sus hermanitos y primos, ve poquito televisión, duerme y está más tranquilo, aunque a veces triste porque ya quiere estar bien! Y nosotros le pedimos paciencia

Rebeca Olmedo, madre de Anderson Morocho

La madre también agradeció a la maestra de Anderson, del séptimo año paralelo ‘A’ en la UE ‘Carlos Cisneros’, que siempre ha estado pendiente.

¿Algo para finalizar?

Luego de esta experiencia pido a todos que vivamos agradecidos con lo que Dios nos da, seamos mejores padres, confíen siempre en Dios. Nunca renieguen, Dios da estas guerras a los verdaderos guerreros. Quizá esto fue para fortalecer mi fe y nunca apartarme de Él

Rebeca Olmedo, madre de Anderson Morocho
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