Los aportes hacia el cuidado de la imagen de la ciudad, probablemente, eran más visibles en el pasado. Esa es la noción que tiene el arquitecto Washington Guapulema, al momento de analizar la responsabilidad ciudadana que se tiene. Esta actitud se genera por un sentido de pertenencia hacia el lugar que lo vio nacer. ¿Somos conscientes de que es trabajo de todos cuidarlo? ¿Qué es lo que más rescata usted de Riobamba? Lamentablemente, como profesional de la arquitectura tengo que decir que no ha habido un desarrollo urbanístico, en cuanto a las obras de infraestructura que mejore la ciudad y que nos den una imagen diferente, que tengamos servicios las 24 horas. En consecuencia, si no hay intereses en ese tipo de aporte, por parte de las autoridades, lamentablemente, nosotros como ciudadanos, no vamos a poder generar ninguna alternativa o estrategias para que desde la ciudadanía, podamos ayudar en su desarrollo. En nuestra ciudad tengo que decirlo, nuevamente y ratificarme en ese sentido, no ha existido un desarrollo programado con metas en el que seamos nosotros como comunidad los beneficiados. ¿Cree que haya una conciencia de cuidar los espacios públicos? Al perder los valores de nuestra juventud, lamentablemente, no existe una verdadera concienciación por parte de nuestra ciudadanía, y nuestra sociedad, para cuidar lo poco que ha habido en obras. No hay, en definitiva es muy poco el porcentaje de la ciudadanía que tiene ese valor, y esa conciencia para cuidar los pocos proyectos que han se han ejecutado en favor de la ciudad. ¿Qué ocurre con la limpieza?, ¿la gente recicla los residuos en el hogar o está a la merced de las autoridades? Particularmente considero que debe ser orientado por parte de las autoridades. Pero definitivamente, nuestra sociedad no está en esa capacidad de obtener o tener valores que cuiden esas acciones. Y, también tomando en cuenta esas actividades que realizamos con nuestras mascotas y otras situaciones. Estamos en el siglo XXI, pero todavía hay reses, pasando por el área urbana. Entonces, uno se pregunta, ¿para qué están las autoridades? La respuesta sería para orientar y ordenar el desarrollo urbano de nuestra sociedad, y eso no ha habido. En términos generales, nuestra sociedad, no ha tenido la oportunidad de adquirir valores, de supervisión y control con los desechos de nuestras mascotas. ¿Qué acciones ha tomado usted como parte de su responsabilidad ciudadana? Yo recuerdo que en la época de mi juventud, en el colegio, habían mingas, se realizaban mingas barriales, entre zonas, igual. Hoy, ya no se ve eso. Hay poco interés en nuestra sociedad. No hay una conciencia para unirnos entre vecinos, entre personas que pensemos igual, y decir: “Bueno, hoy vamos a limpiar el barrio, el parque, las veredas, los parterres”, por decir algo general. Definitivamente, se han perdido los valores cívicos, por un lado. Tomando en cuenta el espacio pre-electoral, ¿cree que los futuros candidatos deban tomar esto en cuenta en sus discursos? Más allá de los discursos, ellos tienen que hacer realidad. No hace falta tomar esto como una estrategia de campaña, sino, llegar a hacerlo, y cumplir estas metas. Si queremos una “Ciudad Bonita”, — como nos llaman—, hay que partir desde el principio, tenemos que hacerlo progresivamente, escalón por escalón, y vamos a tener una ciudad bonita. Obviamente, en esto, tienen que estar involucradas las autoridades y la sociedad. ¿Por qué cree que se genera esta apatía por cuidar los espacios públicos? El nivel cultural de nuestra ciudad, no solo a nivel local, sino también de nuestro país, ha cambiado profundamente. Esta es una sorpresa desagradable. En nuestra época se cantaba el Himno Nacional con respeto. En ese entonces, sabíamos qué es barrer, qué es limpiar, hoy no. Hoy los jóvenes, o los niños, no saben qué es eso. Asimismo, antes se conocía sobre el respeto a las personas mayores, sin considerar si era de la familia, o no. A todos, se les saludaba, ahora no hay ese respeto, no hay esa consideración.A |