Muy terrible situación la que atravesamos a la presente fecha -y desde un buen tiempo a esta parte-, en la que los niveles de corrupción desbordan los límites de lo imaginable, al punto que -así Usted no lo crea, y no precisamente del “Mundo de Ripley”- lo peor que se pose en su mente como “tirado de los cabellos” o “abominable” asemejaría tan solamente un sueño inocente de impúber y, lo peor, parece, no tenemos conocimiento ni siquiera de la mitad de “la ola de contagio”, parafraseando un término de la otra pandemia que al momento nos asola. Lo inmoral de no hacer un mea culpa.
Y es que ahora el asunto pasó del simple desvío administrativo, las “preferencias” en las adjudicaciones, los consiguientes “puestos a dedo”, el nepotismo descarado, la concusión, colusión, organización para delinquir, derroche irresponsable, forjamiento de documentos, obtención irregular de carnés de discapacidad y sus consiguientes inmorales “beneficios”, despidos irregulares, diezmos y muchos otros actos reñidos con la ética y el Derecho, al permanente accionar del crimen organizado, donde el empleo de sicarios, las amenazas clandestinas y a través de redes sociales, enunciados que denotan una clara injerencia en la justicia, “magistrados” que no creen oportuna tal o cual acción procesal, la muerte incluso en lugares “supuestamente” protegido y mucho más… Lo que hace prever que tenemos crisis para largo, así como una completa indefensión ante lo corrupto y amoral, toda vez que en el “país de Manuelito” la impunidad es cosa juzgada.
Y lo peor es que la indignación es creciente entre la población, que pese a conocer del cometimiento de acciones deleznables, e identificar claramente a sus autores, los mismos que sin el menor remordimiento siguen en la palestra como grandes personalidades y distinguidos caballeros y damas de la Patria, el día de las elecciones -parece- perdona todo y vuelve a depositar su confianza y voto en quienes le han defraudado una y otra vez. Esperemos que en 2021 prime la cordura, so pena de seguir teniendo las autoridades que nos merecemos.