Los criterios en torno a la estructuración de un candidato ideal -con sus características, cualidades y discursos- se ha tornado variada. Así, algunos señalan la empatía como cualidad imprescindible, otros apuntan a la filantropía… y en este contexto, Dennys Sánchez, egresado de la carrera de Derecho de la Unach, nos entrega su punto de vista. Llamar a conciliar: EL DEBER DEL CANDIDATO.
¿Qué espera de las elecciones de 2023?
Yo creo que estas elecciones van a tener un tinte más enfocado en lo que puede producir la sociedad, y me refiero a que no se va a ver tanto un realce de los partidos políticos; así creo, más bien, que en estas elecciones habrá más alianzas, van a conformarse pocas listas, pero con grandes partidos que las conformen, y con esto lo que buscan es que no se fragmente demasiado la sociedad. Hemos visto, en las últimas elecciones, tanto a nivel nacional como seccional, demasiados candidatos, los cuales, muchas veces, responden a intereses, ya sean de derecha o de izquierda, y en otros casos de centro, y eso ha generado una división de votos que no favorece a nadie. Pienso que van a buscar un frente unido que se conforme con los grupos, con los colectivos que comparten una ideología y, de esta manera, que se les permita llegar a ese tan ansiado puesto político que puede generar oportunidades, claro está, pero pienso que no va haber muchas candidaturas, es decir en sentido contrario, habrá más alianzas.
¿Eso se podría interpretar como una menor participación ciudadana?
Creo que no pasa tanto por ese aspecto. Lo que la ciudadanía busca es tener a alguien que lo represente con sus intereses y que trabaje por los mismos; entonces, creo que es menos favorable cuando hay demasiados candidatos, y argumento esto porque los intereses tienden a expandirse y no llegan a concretarse con ideas suficientes, mientras que si se generan alianzas se crea un frente unido, y podrán manejar propuestas que, realmente, respondan a los intereses colectivos. Siempre va haber un punto aparte aquí en el que si yo soy de izquierda o de derecha, y si yo creo en esa unión el candidato va a responder a mis intereses. Prefiero que haya un candidato o dos de mi ideología, pero que sé que va a trabajar por mí; pero, si hay cuatro, cinco, hasta seis o 12, como la anterior elección, no se concretará nada.
¿Cuáles cree que serán las posturas de los candidatos con referencia a los últimos episodios que hemos vivido?
Pienso que el discurso no se va a enfocar tanto en el ataque, principalmente porque Napoleón Cadena ya no puede reelegirse, aunque es verdad que puede poner un candidato de su movimiento, pero no creo que vaya haber mucho ataque al alcalde actual. Recordemos que está esa posibilidad de querer aspirar otro puesto público, pero dentro de eso no. Considero que las personas que se van a candidatizar van a llevar un discurso de unión y de fortalecernos como sociedad, pues, hemos vivido bajo esta administración dos paros, entonces, más allá de la responsabilidad, sea mucha, poca o nula del alcalde de Riobamba, el discurso de unión va a generar en la ciudadanía esa idea de que no importa a qué sector pertenezcas o representes, sino que puede hacer un trabajo mancomunado.
¿Cree que su generación es apática en cuanto a la materia llamada política?
Pienso que esta generación tiene interés por la política, pero en un sentido de farándula, y eso nos da a entender que el sentido de política que ellos llevan es un sentido equivocado, pues, consideran que la política pasa solamente por expresarse bien, los discursos llamativos, las tarimas y conciertos. Piensan que quienes elaboran ese tipo de acciones están haciendo algo extraordinario por alcanzar esos puestos cuando, en realidad, no es así. Obviamente, hay otra parte de la sociedad que, en verdad, tiene una conceptualización más clara de lo que es la política y, más allá de su mayor o menor interés, pienso que hará prevalecer su criterio y pensamiento al momento de ejercer su derecho al voto. Por ahí va un 50/50.
Entonces, ¿cómo se entiende a la política?
Hoy por hoy la sociedad entiende a la política como una causa de lo que pueden llegar a hacer con los recursos del Estado. Normalmente apuntan a cuestiones que no favorecen en el fortalecimiento de la sociedad, sino más bien a un ámbito de beneficio propio. Si bien es cierto la política ha pasado a un segundo plano, conservo la esperanza de que estas nuevas elecciones sean distintas. Lo importante es empezar a cambiar ese chip y dar a entender y conocer que las propuestas no son venir a prometer cuestiones maravillosas y extraordinarias que, muchas veces, se salen de las competencias de las autoridades públicas.