En el artículo titulado “Violencia de Género en Ambientes Escolares: Desigualdad entre los sexos”, escrito por expertas en el campo educativo infantil y en la psicología, se menciona que las escuelas, colegios y cualquier centro donde se imparta la educación, son “consideradas pequeñas sociedad que tienen sus estilos de participación y actuar y, que por su misma naturaleza, no están exentas a realidades de enfado, disgusto y excitación”. “Les enseñamos a entender que NO es NO.
Se ha visto que en el Ecuador el factor de la violencia hacia las niñas, adolescentes y mujeres tiene índices que son preocupantes. Por ejemplo, en la Agenda Nacional de las Mujeres y Personas LGBTI, con periodo 2018 – 2021, se menciona que, en el país, 6 de cada 10 mujeres han vivido algún tipo de violencia de género por parte de diversos perpetradores.
La cifra abordaría a más de tres millones de mujeres que han sufrido una vulneración en su derecho a vivir una vida sin violencia, la misma garantía que está contemplada en la Constitución y en tratados internacionales. Siendo puntuales, se afirma que mujeres a partir de 15 años o más, el 53.9% ha vivido violencia psicológica, el 38% ha sufrido violencia física, el 25.7% violencia sexual y, finalmente, el 16.7% ha sido víctima de violencia patrimonial. Todas estas circunstancias podrían reproducirse en el ambiente educativo, si se toma en cuenta la premisa de que las escuelas son “pequeñas sociedades”.
¿El Estado garantiza a las mujeres precautelar su integridad si son víctimas?
Yo considero que no, porque aquí la atención judicial es muy pobre. No hay atención al 100% para que se pueda resguardar a las víctimas de violencia sexual. Eso no es nuevo. No es solamente aquí en Ecuador, considero que pasa lo mismo en otros países, pero estamos hablando del nuestro. Las atenciones judiciales no son suficientes, pero yo considero que no es culpa de ellos. Las razones tal vez es por cuestión de recursos, les falta la posibilidad de tener capacitaciones. Puede ser responsabilidad del ente rector que no les permite actuar de manera oportuna. Con todo esto, se ha dejado de lado la importancia de los casos. Hay muchas causas que están detenidas a razón de violencia sexual en contra de la mujer.
¿Qué pasa en la institución educativa cuando llegan noticias de casos de violencia sexual?
Se preparan nuevos protocolos. A nivel del Ministerio de Educación se han establecido rutas y protocolos para enfrentar a estos casos. Nosotros estamos viviendo otra pandemia y esa es la pandemia emocional. Y, de esta nueva crisis, que se ha generado, se desarrollaron nuevas problemáticas psicológicos, emocionales, intrafamiliares. Esto, en el sentido de después de haber vivido un encierro de dos años, casi, se generaron muchos problemas que han envuelto a la familia: Desempleo de los padres, encierro de los chicos, maltrato, violaciones a miembros familiares. Y, todo esto, trae consecuencias. Tomando en cuenta todos estos factores, las circunstancias darían pie para que se desate la violencia contra las niñas, las adolescentes y las mujeres. Aunque también hay que tomar en cuenta que los niños; asimismo, son víctimas. Sí se ha incrementado el número de casos.
¿Qué estrategias tienen para proteger a los estudiantes?
Nosotros, en el sector privado, tenemos la facultad de proteger a nuestros estudiantes y, obviamente, no podemos protegerlos de la puerta de la institución hacia fuera, pero siempre estamos previniendo con charlas a los padres de familia, a los estudiantes y haciendo saber los protocolos. Nosotros les enseñamos que el abuso sexual no es permitido, ni en niños, niñas, adolescentes y mujeres, en nadie. Aquí queremos enseñarles a que se cuiden, a que respeten su cuerpo. Y, de esta forma, se les enseña que tienen que denunciar cualquier cosa, incluyendo miradas que no les hagan sentir cómodos. Aquí lo más importante es la denuncia.
Cuando se llegan a hacer efectivas las denuncias, ¿qué protocolos se activan en estos casos?
Existen los protocolos que nos da el mismo Mineduc. El primer paso es la detección de violencia, hablando de la parte interna de nuestra institución. Puede ser cualquiera el que detecte esta problemática. Desde el hermano rector, incluyendo los estudiantes. Desde ahí, empieza esta hoja de ruta. La persona, cualquiera que detecte el hecho de violencia, va a tener que hacer la denuncia. ¿Cuál es ésta? Es levantar el informe de hecho de violencia. Este documento cuenta con la cronología de lo que sucedió, que tiene que redactar el docente. El informe de hecho de violencia se lo remite al Dece o a la máxima autoridad que, es este caso, el hermano rector. Trabajamos juntos para hacer las denuncias.