Son casi 50 años desde que Richard Nixon, expresidente de Estados Unidos, declaró la guerra contra las drogas. Sin embargo, ya son muchos los países que reconocen que la forma en como se ha generado la ha llevado al fracaso. Ahora las ideas se dirigen hacia la legalización para quitarle el poder a los narcos, como es el caso de el vecino país de Colombia. Legalización: ¿un enfoque para frenar al narcotráfico?
Contexto. En 1971 Estados Unidos de Norteamérica orientó la persecución a la producción, comercio y consumo de drogas, y ello se extendió hacía América Latina, principalmente hacia Colombia, por ser el principal exportador y productor. Una de las premisas principales de esta lucha era disminuir la oferta, puesto que se cree que si no hay drogas tampoco habrá consumidores; sin embargo, no existe tal, la realidad demuestra que hay un incremento constante en la producción, venta y consumo de drogas.
Situación. El actual presidente Gustavo Petro, en su discurso ante la Organización de las Naciones Unidas, refirió que la lucha contra las drogas ha fracasado y, en tal sentido, llamó a ampliar la legalización del cannabis; así, en la República de Colombia el cultivo y comercialización es permitido con fines medicinales, y por ello se encuentran en el proceso de regularización del uso recreativo del cannabis, acotando que es un beneficio para la lucha contra las drogas, sostenido con los avances en el mundo medicinal y científico sobre el uso de esta sustancia psicotrópica y las ganancias económicas y generación de empleos que se lograrían.
Local. En Ecuador, el cultivo y comercialización para uso medicinal es legal. Sin embargo, el problema sigue latente con el consumo adulto. De hecho, hace pocos días un grupo de asambleístas busca eliminar la tabla de consumo, en la que está incluido el cannabis, aduciendo que es un arma que tienen los narcotraficantes para escudarse; sin embargo, su función principal es diferenciar al comerciante del consumidor.
Gabriel Buitrón, especialista en políticas de drogas, explicó que van cerca de 10 años tratando de eliminar la tabla de drogas; sin embargo, hasta el momento no han podido ‘bajársela’. Hay una cuestión que rebasa el populismo político, y es el debate técnico, la eliminación es un asunto populista que avanza hasta donde los espacios técnicos lo permiten; creo que empantanará cuando los asambleístas debatan con la razón. Además, la Constitución contempla la no penalización de las personas usuarias, ni criminalizarla, ya que es un asunto de salud pública