En un centro educativo de la ciudad, un estudiante presuntamente fue víctima de bullying y de una agresión física, dando como resultado la pérdida de un diente y, además, secuelas a nivel psicológico. Le sacaron un diente.
Antecedentes. El supuesto agresor es un adolescente presidente de curso y lo habría agredido físicamente al pedirle al muchacho agredido se sentara y guardara silencio, y “es cuando le dice incapacitado; es cuando lo agrede y le saca el diente de un puñetazo, abusando que es mayor de edad, que no están en igualdad de condiciones…”, contó José Luis Díaz, su abogado defensor.
Situación. El presunto agredido es una persona con un 30% de discapacidad intelectual -según Díaz-y perdió una pieza dental, lo que lo determinó el perito forense de la Fiscalía de Chimborazo, “porque este hecho ya fue notificado”.
Pronunciamiento. Al consultarle sobre el hecho a Ximena Loroña, directora del Distrito de Educación ‘Chambo-Riobamba’, afirmó que la agresión sí se suscitó en la unidad educativa, además que no puede proporcionar información todavía, porque recientemente hubo una reunión distrital sobre este caso.
Acciones. “Tú no eres igual que nosotros”, le habría dicho el presunto agresor, lo que contó Díaz, que agregó que el adolescente supuestamente agredido sigue en la misma aula de clases. “El menor agredido sigue en la misma aula que el agresor”.
Derechos. En la Constitución del Ecuador existen varios artículos que refieren que nadie podrá ser discriminado, entre otras razones, por motivos de discapacidad, y que el Estado garantizará políticas de prevención reconociendo sus derechos; sin embargo, esto no sucede, por lo que el abogado puntualizó que “las medidas preventivas las debió tomar el distrito de manera urgente: al agresor separarle del agredido”.
Sanción. La denuncia ya fue entregada en la Fiscalía, y según los resultados el presunto agresor deberá reparar integralmente al muchacho implicado.
Profesional. Según Andrea Gómez, psicóloga clínica, a los niños, niñas y adolescentes se les debe inculcar valores y, sobre todo, el respeto, siendo ese el trabajo de los padres, haciéndoles entender que toda acción tiene una reacción.