La historia del fútbol de mujeres demuestra su larga existencia. Si bien ahora ya tiene mayor protagonismo; en general, el fútbol continúa siendo un bastión masculino, en todas sus áreas. Esta realidad no es ajena para el fútbol femenino ecuatoriano y riobambeño. La entrenadora y ex futbolista, Norma Lara dijo: “apropiarnos, pero tomar representación en este deporte ha sido un proceso lento y difícil”.
Lo complicado para las mujeres
Situación. En el ambiente social actual caracterizado por la reivindicación de los derechos de las mujeres y la necesidad imperante de reconocer la paridad de los géneros. La cancha se convierte es un espacio de lucha contra los estereotipos que han definido e identificado al fútbol. Las mujeres toman protagonismo en todos los ámbitos y encontrar o más bien, pelear un espacio en un deporte vinculado y captado por los hombres, significa la conquista de un espacio. Así muestran y se demuestran que el hecho de ser mujer para nada significa tener que cumplir un rol asignado o ser un limitante para su desarrollo.
Experiencia. Para Lara fue un proceso complejo “cuando era niña intenté jugar en un equipo masculino y fui marginada, me dijeron que yo debía ir a la cocina, que ese era un deporte de hombres, eso me marcó y lo dejé por un tiempo, pero la pasión es más y lo retomé”. Por su parte, para Mayerli Fernández, seleccionada del Ecuador de la categoría sub-20 en fútbol sala, “incursionar en el fútbol fue duro, yo empecé jugando con niños y muchas veces me sentí excluida por ser mujer, tuve que demostrarles que ser niña para nada significa ser un sexo débil”.
Las condiciones de igualdad
Condiciones: A pesar de los avances, las dos futbolistas reconocen que su fútbol no está en igualdad de condiciones frente al fútbol masculino y dicha situación la constatan con la falta de apoyo y cobertura al mismo “aún lo desvalorizan y no creen en su potencial, a pesar de estar en auge alrededor del mundo”.
Actualidad. Lara comenta que, al ser entrenadora de niñas puede ver que ya en ellas no habitan los mismos temores del pasado “el equipo de niñas se ha enfrentado a equipos masculinos y se han ‘parado duro’, demostrando que están en igualdad de condiciones”. Y Fernández acota que “es gratificante ver que ahora las mujeres ya participamos más en eventos de importancia deportiva porque estamos al nivel”.
Testimonio. Las niñas comentan no sentir diferencia al jugar con niños, y aunque saben que antes para las mujeres no era posible o sencillo jugar fútbol ahora ellas se sienten orgullosas porque incluso pueden hacerlo contra los niños.