Conociendo el caso de la viceprefecta Mónica Loza, quien denunció vulneraciones a sus derechos por parte del prefecto Hermel Tayupanda, decidimos abordar sobre la violencia política busca imponer roles. En esta ocasión profundizamos en el tema, con los aportes de la abogada y experta en género y derechos de las mujeres, Ana Gómez.
¿A qué se refiere la violencia y el acoso contra las mujeres en el ámbito político?
Como lo ha definido la Ley Orgánica para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres y el Código de la Democracia, es aquella agresión cometida por una persona o por un grupo de personas en contra de las mujeres, candidatas, militantes, que ejerzan cargos públicos, defensoras de derechos, feministas, lideresas, entre otras. Dicha violencia se orienta a cortar, suspender, impedir o restringir su accionar o el ejercicio de las funciones; o para inducirlas u obligarlas a que efectúen una acción en contra de su voluntad o incurran en una omisión en el cumplimiento de sus funciones.
¿Existen casos sobre la violencia y el acoso en contra de las mujeres en el ámbito político?
En Ecuador existen ya seis sentencias por violencia política en contra de las mujeres; una de esas, en contra del exlegislador y exsecretario de seguridad Diego Ordóñez. He patrocinado cuatro de esos seis procesos. Los cuatro han tenido como consecuencia la destitución de tres alcaldes de los cantones Palta, Celica y Francisco de Orellana; y del presidente del gobierno parroquial de San José de Chamanga, en Muisne. Asimismo, dentro de la causa 135 del 2022 conseguimos cambiar el precedente para los casos futuros. Se invirtió la carga de la prueba; el agresor deberá demostrar que no ha cometido los hechos de los que se le acusa.
¿Por qué se da la violencia política?
Es una consecuencia de las relaciones de poder y de una distribución desigual del mismo. La violencia que se comete en contra de las mujeres en política, por el hecho de serlo, tienen un significado adicional; como forma de imponer roles de género, así como una forma de dominación y control de las mujeres como grupo. Se usa como mecanismo para mantenerlas en su lugar, para eliminar sus oportunidades de vivir, aprender y trabajar; y dificultar sus capacidades para organizarse y reclamar sus derechos.
¿Cómo afecta a las mujeres la violencia y el acoso en la política?
Ciertas conductas, a veces, ya cruzan la raya cuando están dirigidas en contra de las mujeres por ser mujeres, con el propósito que se retiren de la contienda política. Aunque están dirigidas a una mujer en particular, esas acciones están dirigidas a todas las mujeres. Y lo que logran con esas acciones es que cada vez haya menos mujeres disputando los puestos de poder; y así se busca que una solo forma de hacer política se mantenga, la cual no toma en cuenta a las mujeres.
¿Qué opina sobre el caso de la viceprefecta Mónica Loza, quien denunció vulneraciones a sus derechos?
El caso tiene mucha tela por cortar. Los Patronatos deben cambiar su estructura, evitando que las esposas de los prefectos o alcaldes se hagan cargo de los mismos; de esta manera se evitaría el nepotismo y un posible tráfico de influencias. Ese cargo debe ser ocupado por funcionarios con pertenencia al GAD y con responsabilidad ulterior. Las mujeres no estamos de adorno, sino para disputar esos cargos de representación.
¿Qué se debe hacer para enfrentar la violencia y el acoso contra las mujeres en la política?
Tenemos un cuerpo normativo amplio que sigue desarrollándose, y que ya permite que existan sanciones en contra de los agresores. Sin embargo, hace falta socializar para que la ciudadanía tenga conocimiento y pueda reclamar sus derechos. Es necesaria la voluntad de las organizaciones políticas, en cuanto a impedir que la violencia en contra de las mujeres se convierta en una de sus actividades más comunes.
¿Qué se necesita para erradicar la violencia y el acoso contra las mujeres en la política?
Se combate con una mayor igualdad, que empieza en cada uno de los hogares; en las formas en las que se distribuyen los roles en casa. Si una sociedad avanza creyendo que el único ámbito de desarrollo de las mujeres es la casa, entonces esa misma sociedad será quien juzgue y maltrate a las mujeres que se atreven a ver más allá, y reclaman su justa participación en los espacios de decisiones…