Conociendo el caso de la viceprefecta Mónica Loza, quien días atrás denunció vulneraciones a sus derechos por parte del actual prefecto, Hermel Tayupanda, decidimos abordar el tema de la violencia y el acoso contra las mujeres en el ámbito político. Así, en esta ocasión profundizamos en el tema con los aportes de la abogada y psicopedagoga Mireya Lara. Cabe remarcar que la profesional ha sido activista en derechos humanos por más de 40 años.
¿Por qué se da la violencia y acoso contra la mujer en la política?
La política del país es machista, la violencia política es una forma más de la violencia estructural que se da en la sociedad capitalista. Lamentablemente, esa sociedad está sentada sobre bases patriarcales; los hombres tienen el poder. En dicho poder no están incluidos los hombres desposeídos y las mujeres. En el ámbito político, los hombres, tradicionalmente, han tenido espacio en la toma de decisiones y en la participación en los asuntos del Estado, y cuando emerge la presencia de la mujer se genera una confrontación.
¿Los rasgos culturales influyen en la violencia y acoso contra la mujer en la vida política?
La cultura patriarcal se fundamenta en valores como la violencia, se impone la voluntad del que tiene el poder frente a quien no lo tiene. Nos quieren acostumbrar a seguir siendo subordinadas. Debemos desaprender esos valores violentos, de imposición, de subordinación; por valores como el respeto, la solidaridad y la tolerancia. Se debe fomentar la convivencia democrática en los espacios públicos, a fin de compartir los derechos y bienes.
¿Los estereotipos de género se usan para atacar a las mujeres que incursionan en política?
Definitivamente. Nuestra política es eminentemente machista. En el accionar político – público no se respeta a la mujer; se utiliza las circunstancias personales y familiares para destruir el liderazgo, la personalidad de política y la oportunidad de ser candidatas. Está sucediendo en la actualidad, en los binomios presidenciales, en donde no se resalta el profesionalismo, sino se destruye a la persona.
¿La violencia ejercida contra la mujer en la política deja secuelas?
Produce efectos psicológicos y problemas de autoestima. En este sentido, en nuestra provincia funcionan algunas organizaciones de mujeres, con el objetivo de apoyarnos. Decirles a los hombres que sí es posible una convivencia pacífica y el respeto a nuestras formas de actuar, ser y pensar.
¿Qué se debe hacer para erradicar la violencia y acoso contra la mujer?
Para erradicar la violencia estructural, incluida la política, debemos cambiar de modelo económico que influye en la civilización. En el siglo XXI vivimos una crisis civilizatoria, debido a que no entendemos que el ser humano se constituye con el hombre y la mujer. Somos iguales ante Dios, la ley y la sociedad. Se necesita una nueva convivencia, la cual se base en la igualdad, respeto y la justicia, y en esto necesitamos la participación de todos.
¿En los casos de violencia contra la mujer que se han dado se han sumado los hombres?
Por supuesto. Cuando se habla de feminismo se habla de una corriente de pensamiento que busca la equidad. En estas circunstancias, tanto los hombres como las mujeres adoptamos ese pensamiento, posición y práctica política. No descartamos que, en ciertos casos, las mujeres tienen un pensamiento machista. Tenemos que valorar la presencia de mucho hombres que son feministas y que se desempeñan en las diferentes instancias estatales, por ejemplo: el Tribunal Contencioso Electoral del país juzga y sanciona con el enfoque feminista y de derecho, esto a las autoridades que están siendo violentos con las mujeres que son autoridades. En cuanto a la violencia y acoso contra la mujer en el ámbito político, sí es posible erradicar este fenómeno, esto mediante un proceso de educación, formación y conciencia social. Además, es importante destinar recursos.