“Llevo más de 60 años diseñando y cosiendo ropa para los riobambeños, y medio siglo confeccionando disfraces para toda ocasión, por eso la gente me dice la ‘Mamá de los disfraces’, trabajo con mi principal socio o mejor dicho con el dueño (Dios), porque yo estaré al frente del negocio hasta cuando el Todopoderoso me dé trabajo, nadie me ha jubilado hasta el momento y sigo trabajando en esta actividad que me gusta” dijo Piedad Molina, 71 años, madre de seis hijos y 22 nietos. nació en Chunchi, vivió un tiempo en Cuenca y luego vino a Riobamba porque se casó con un riobambeño, tractorista del Consejo Provincial, quien tenía un buen sueldo, pero ella se dedicó a la costura oficio que aprendió en Cuenca, y como le iba dando resultados, poco a poco fue creciendo en Riobamba. Han pasado los años, menos su comportamiento y su amabilidad para atender a los clientes, que si no van personalmente los llaman para reservar los trajes, siempre está alegre, aunque, aclaró que también llora cuando le coge la nostalgia, que siempre los hay.
La ‘Mamá de los disfraces’ crea trajes para toda fiesta.
Disfraces. Doña Piedad recuerda que los trajes más buscados son los de sacharunas, gorilas, los perros que ella mismo se inventó hace años, los diablos, que hay de todo lado: riobambeño, Sesquicenterio, de lata, de Píllaro, de San Francisco de Quito, en definitiva hay diablos en todo lado.
Al momento de atender dice: “vengan, vengan mis guaguas, qué desean, yo les atiendo”, igual al despedir hace sus bromas para que regresen, “porque los clientes son los que le dan la plata”, a veces creen que está brava, pero no, solo se hace la que está enojada.
Toda la vida, está en la costura, atiende todos los días, no tiene quien le jubile, y bromea: “ojalá Diario La Prensa, me jubile… jajaja”, asegura que aprendió la costura a las 14 años, por lo tanto, ya lleva 57 años confeccionando prendas, inició haciendo faldas, blusas, camisas, pantalones, y chompas, dijo que hace 50 años era una de las tres personas que hacía chompas en Riobamba, pero se especializó en los trajes de alquiler y disfraces para que se vistan y diviertan las personas de todas las edades.
Riobamba y Chimborazo lo conocen, Doña Piedad recuerda, que la ropa antes enviaba a Cuenca, Cañar, Guayaquil y Estados Unidos.
Siempre está atendiendo en su local de las calles Pichincha y Boyacá, igual innova en forma permanente, crea nuevos modelos, pero les tiene guardado porque si exhibe, todo le copian. Ahora hay varios locales por el sector denominado el barrio La Condamine. Disfruta de su actividad y más en diciembre que es un mes muy activo y lleno de alegría.